Panelista de Intrusos, periodista frontal, mujer natural y madre dedicada. Así podríamos definir en pocas palabras a Débora D’Amato , quien en las últimas horas decidió compartir en el feed de su Instagram varias fotos en bikini, algunas sola y otra con su hija Lola y en el pie de sus posteos fragmentó en varias partes un profundo mensaje en el mes de la mujer, dedicado a remarcar la importancia de que todas se sientan libres, naturales y reveló como disfruta hoy de su presente, su cuerpo y su figura post maternidad.

«Veo unas pocas señoras preocupadas por mi cuerpo, mi edad y mi abdomen. Tengo 46 años, fui mamá hace un año y cuatro meses y sigo dando la teta. La paso bomba y amo que mi hija esté divina alimentándose con mamá. Soy tan feliz que no hago otra cosa que disfrutar. Opción UF y listo, no ven nada que no quieran. Acá van a ver a este ser en las condiciones que llega: como puede pero plena«, comenzó una de las panelistas más destacadas de Jorge Rial, en un contundente descargo. 

Luciendo una bikini rojo fuego, sin maquillaje, ni filtros, Débora – fiel a su estilo – se mostró una vez más al natural para los 300 mil seguidores que cosechó en su Instagram, catalogada como la red social en la que prima la imagen y por lo tanto todo lo que allí suele subirse está retocado, preparado, tuneado con programas, etc. Sin embargo, D’Amato no se identifica con esta moda popular de «poner filtros» y lejos de dejarse afectar por las críticas, continuó con su mensaje: «Acá, de este ángulo, mi abdomen denota un embarazo de 38 semanas y un parto realizado hace año y cuatro meses. Ah, un detalle: no tuve tiempo de hacerme las uñas y como en casa lavo y cocino, están saltadas. ¡Sacrifiquenmé en Plaza de Mayo! «, bromeó irónica la figura de América.

Horas más tarde, se calzó una bikini rosa, alzó a su hija Lola y profundizó su idea de forma más serias y categórica. «Hablando en serio. En el mes de la mujer sin bromas ni ironías chiques. Mi cuerpo es el que tengo. Ni mejor ni peor: es mío. El 30 de marzo cumplo 47 y les juro por la memoria de mi padre que se fue hace unos años que soy feliz. Uso trajes de baño enteros, culotte, culo al aire, intermedio, bikinis chicas y grandes. Nunca tuve mambo con mi cuerpo. Ni cuando estaba «gorda» producto de mi tratamiento de maternidad, ni antes que era un palo, ni ahora que vuelvo a serlo pero claro, la mayoría no me conoce de mi época pre tratamiento y desconocía a mis piernas de novia de Popeye«, continuó en una sincera descripción de si misma.

«Mis canas me acompañan desde los 19 y me pintó no teñirme más. Fui mamá de grande y me encantaría serlo nuevamente, solo que sería una locura en esta familia monoparental que decidí formar. Si mi embarazo me hubiera dejado inverso a lo que soy hoy, usaría lo mismo y me habría dejado de teñir también. Vivo plena y soy pragmática. Hago lo que quiero en la mayoría de las oportunidades y lo que puedo en otras. Desconozco el mambo de la vejez, la gordura o delgadez. Entiendo que en mi caso fluye pero asumo que en otros, cala profundo. Yo tengo empatía pero no es lo que le sucede a un grupo minúsculo pero agresivo. Por acá, no hacen mella pero guarda que en otras personas seguramente puedan hacer daño. Con Lola les mandamos besos y les decimos que nos gusta andar culisueltas y divertidas por la terraza de nuestra casa«, remató sin medias tintas. ¡Tremenda!

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