Unidades de policías de tres ciudades de Bolivia se amotinaron este viernes contra el presidente Evo Morales, mientras la oposición exige en las calles su renuncia luego que la auditoría oficial encargada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) boliviano concluyó que no puede «dar fe del resultado electoral» con el que Evo Morales se impuso en primera vuelta ya que todo el proceso estuvo «viciado de nulidad» por la cantidad de irregularidades documentadas.

La primera en rebelarse fue la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) de la ciudad central de Cochabamba y poco después se amotinaron los comandos de la policía de Sucre (sur, la capital de Bolivia) y de Santa Cruz, rica región del oriente del país y bastión opositor, según publica el portal 24Matins.

«Estamos amotinados», dijo escuetamente a una televisora local -y con el rostro cubierto- un policía de la UTOP de Cochabamba, unidad encargada de reprimir manifestaciones.

«La policía de Chuquisaca (Sucre) se está uniendo en apoyo a los camaradas que se han amotinando en Cochabamba», declaró a su vez otro agente de la capital boliviana que también tenía el rostro cubierto.

El líder regional Luis Fernando Camacho, erigido como el rostro más visible y radical de la oposición boliviana, había pedido el sábado pasado a militares y policías que se unieran a la oposición en esta crisis desatada tras la polémica reelección de Morales en los comicios del 20 de octubre.

Camacho estaba en un mitin en la zona sur de La Paz este viernes en la tarde cuando se difundió la noticia del motín en Cochabamba, cuando la multitud lanzó una ovación y comenzó a corear: «¡Policía amigo, el pueblo está contigo!».

Varias organizaciones y colectivos sociales se han unido a Camacho conformando un frente amplio contra Morales, algo que los partidos opositores no lograron hacer de cara a las elecciones, a las que llegaron con ocho candidatos a la presidencia.

En la tercera semana de protestas contra la polémica reelección en primera vuelta de Morales, que han dejado tres muertos y unos 200 heridos, La Paz permanece con el transporte público restringido por bloqueos viales, oficinas estatales asediadas por opositores y el comercio a media máquina.

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