Thelma Fardin está protagonizando Fuera de Línea en el mítico Teatro Provincial de Mar del Plata bajo la atenta mirada del dramaturgo y director general Agustín Aguirre, quien creó una puesta en escena alternativa que muestra a cinco personajes fantásticos compartiendo lo que debería ser un rutinario viaje en colectivo. A medida que cada uno de ellos va integrándose al grupo, la locura va acrecentándose al igual que la risa y la reflexión del espectador. Una tragicomedia que pone en evidencia la incapacidad de comunicación, los trastornos, los rótulos, la soledad, sin perder la diversión. Los encargados de darle vida a cada uno de los arquetipos de esta historia desde el escenario, de jueves a domingos a las 21, son Balthazar Murillo, Lili Popovich, Graciela Stefani y Sebastián Fernández.   

Luego de una función, Fardin desplegó su soltura y simpatía en una charla íntima y exclusiva con Exitoína en el restó del Hotel Provincial, donde está parando durante su estadía en la feliz. Al hablar de la obra se la nota muy locuaz y entusiasmada; al adentrarse en la situación que le tocó vivir con Juan Darthés, por un lado le brillan los ojos de la emoción al expresar el apoyo que siente por parte de mucha gente y por otro lado adopta una actitud seria, distante y reflexiva al intentar transmitir su postura respecto a dicha problemática. Sin rodeos, mientras tomaba una coca con rodajas de limón y antes de ir a cenar con el elenco, accedió a hablar de todo.

– El personaje que interpretás en la obra, la composición del estereotipo de una jovencita “concheta” con falsos aires feministas, ¿nació de vos o fue una idea del director?

– Cuando me propuso la obra Agustín, le pregunté si quería que vayamos a lo que él ya tenía armado o podíamos crear un personaje de cero juntos. Afortunadamente me dijo que quería que encontremos un personaje. Empezamos a ensayar y es un código de comedia teatral marplatense que tiene una musicalidad especial. Termino agotada mentalmente por la atención que hay que ponerle a la obra. Está en las antípodas este personaje de mí y eso es lo mejor, porque la gente va a esperar ver una cosa y se va a encontrar con un abismo. Fuimos pensando cuál es la manera de hacernos cargo del todo de lo desastre que es este personaje en cuanto al feminismo, porque en realidad no tiene idea de lo que es, no tiene conciencia de ningún tipo, está como en la superficie de lo que se supone que es el feminismo. Me pude quitar el prejuicio de mi manera de ver las cosas y pude habitar al personaje con el propósito concreto de salir a hacer reír desde el escenario.

– En un momento habías declarado que te estaba costando conseguir trabajo, ¿esta propuesta cómo surge?

–  Surge porque Lili Popovich fue mi maestra en el estudio de Julio Chávez y Vicky Raposo, la asistente de dirección de la obra, fue compañera mía en la obra “Nahuelito”. Pero esa declaración la sacaron de contexto. Yo sé que se me cerraron puertas por la denuncia, pero se me abrieron otras. Y en un momento dije que soy una mujer común y corriente a la cual si se le atrasa un pago demora en pagar el alquiler, pero es algo normal. La verdad es que no me puedo quejar, primero porque esta profesión es así, segundo porque fue un año catastrófico para nuestro país, para nuestro gremio ni hablar, y sin embargo yo hice dos películas, escribí un libro, entonces decir que yo no tuve trabajo es un insulto para mis compañeros que son talentosísimos y están sin laburar. Pero entiendo que sacar mis declaraciones de contexto construye la imagen de la víctima en la que buscan seguir poniéndome. Lo bueno es que se generó un filtro natural por mi manera de ser y pensar, entonces el que está en las antípodas de mi pensamiento no me llama, pero laburo con gente que me apoya.

– Si bien hay muchas personas que te apoyan, ¿por qué creés que hay gente que sigue desconfiando de vos, de tu relato, y que lo expresa también masivamente?

–  A mí ya no me mueve la aguja si 700 mil personas no me creen. Lo que me preocupa es que esas personas quizá tienen a alguien al lado que le pasó algo igual y no lo pueden decir porque en su familia no abren la escucha. Al principio sí me afectaba, yo me preparé para lo peor, pero fue increíble lo que pasó, fue muy poderoso y de mucha contención. Tanta gente que se animó a hacer algo a partir de mi denuncia. Si esto sirvió para que una persona se sienta acompañada valió la pena. Mirá que fuerte lo que hace la verdad, la verdad es arrasadora. Por supuesto también me parece natural de cualquier fenómeno social que haya una reticencia. Que haya una resistencia implica que está habiendo un cambio. Entonces bienvenido sea que haya detractores porque quiere decir que estamos moviendo la placa tectónica que hay que mover.

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