El 2 de diciembre de 2002 se realizó la autopsia al cuerpo de María Marta García Belsunce, quien había sido hallada muerta en el baño de su casa del country Carmel de Pilar 36 días antes. Ese día se descubrió que no había fallecido por un accidente doméstico sino que tenía cinco proyectiles en el cráneo. Quiso el destino, la causalidad o la causalidad que 20 años después los jueces del Tribunal Oral Criminal N°4 de San Isidro eligieran este 2 de diciembre para leer el veredicto contra Nicolás Pachelo, en el tercer juicio por el asesinato de la socióloga. Pasaron dos décadas y todo está igual que al principio: el homicidio sigue impune. Por mayoría, los jueces absolvieron al ex vecino.

El fallo no fue una novedad: desde el martes pasado los rumores de una posible absolución crecían con fuerza. Incluso, 24 horas antes de conocerse la decisión de los magistrados Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, los fiscales que acusaron a Pachelo, Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González, presentaron un escrito ante el tribunal en el que aseguraron que el resultado del veredicto se filtró entre diversas partes, una falta más que grave, ya que ese documento debe ser reservado al extremo.

Lo cierto es que, tal como aseguraban los rumores, fueron los votos de los jueces Rossi y Andrejin los que le dieron la absolución a Pachelo, quien había llegado al juicio acusado por el crimen de María Marta en el marco de un robo bajo el encuadre legal de autor del delito de “homicidio triplemente agravado por haber sido cometido mediante el uso de arma de fuego por su comisión criminis causa, y agravado por alevosía; en concurso real con el delito de robo calificado por el uso de armas”. Federico Ecke, presidente del tribunal, votó por condenar al acusado.

En una sala del Tribunal Laboral N°2 de San Isidro del piso 7, de 6 metros de largo por 4 de ancho -un cuarto de la que se usó en el entrepiso para el juicio, y con un agujero en el cielorraso-, y en un contexto de alza de casos de Covid-19; había más de 50 personas para 28 asientos, muchas de ellas paradas contra la puerta, otras acurrucadas en un mismo asiento, incluso Jorge del Río uno de los abogados de Norberto Glennon, aprovechó un escritorio vacío para treparse, del que le colgaban las piernas; y el defensor de Matías Marasco, Marcelo Costantino, optó por permanecer de pie, casi respirándole en la nuca a uno de los secretarios del TOC.

La mayoría eran parientes de María Marta. La ex mujer de Horacio García Belsunce gritó “vergüenza” al escuchar el veredicto absolutorio y la echaron de la sala.

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