Todo comenzó este domingo, con la publicación de una nota del periodista en La Nación en la que reveló que Adrián Rois, un ayudante de cátedra Fernández en la Facultad de Derecho de la UBA, pidió una nueva serie de pruebas que demorará varios meses el avance de la causa.

Según el artículo, después del contundente triunfo de Fernández en las PASO, Rois se presentó en Bahía Blanca, donde se tramita el expediente, y asumió la defensa de uno de los acusados: Néstor Piñeiro, el dueño de la financiera Crediba. Además, entregó un escrito en el que pidió su inmediato sobreseimiento, un peritaje contable a desarrollar por la Corte Suprema, más oficios a los registros de la propiedad y realizó diversas consultas a la AFIP.

Tras afirmar que esta situación «llevará las definiciones procesales de los acusados hasta bien entrado 2020», Alconada Mon apuntó en Twitter, donde sostuvo que, «cuando la causa se encaminaba hacia los procesamientos, apareció un colaborador del presidente electo», y remató: «¿Tráfico de influencias?».

Fernández publicó en la misma red social. «En mi vida académica he trabajado con abogados que ejercen su profesión. @halconada sabe que en esa labor profesional yo soy absolutamente ajeno. Es miserable atribuirme mover influencias en esos casos. No voy a soportar en silencio la difamación hecha invocando hacer periodismo. El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual», manifestó.

Pero, no conforme con el descargo, el exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner hizo una segunda publicación minutos más tarde. «En la Argentina que vamos a construir entre todos y todas se van a acabar los ‘operadores judiciales’, los ‘operadores mediáticos’ y los jueces y fiscales que ‘operan’ para poderes mediáticos, corporativos o políticos sin impartir justicia como deben. Sábelo», finalizó y arrobó a la cuenta del periodista.