El presidente Alberto Fernández mantuvo en la mañana de este viernes su reunión privada con el papa Francisco en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.

«Santo Padre, qué gusto verlo“, dijo el mandatario en el instante del encuentro, mientras que el Papa le respondió «bienvenido».
 

El encuentro finalizó a las 11:12 hora local (7.12 hora de la Argentina), luego de una conversación a solas que se extendió durante 44 minutos.

Antes del encuentro, Alberto participó de una misa «por la reconciliacion» en la Basílica de San Pedro, junto a la primera dama Fabiola Yañez.

Fernández, Yáñez y la comitiva que los acompañan en Roma participaron a las 8 locales (4 de la Argentina) de una misa celebrada frente a la tumba de San Pedro, en las catacumbas de la Basílica vaticana, celebrada por el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo.

Durante la celebración, de la que participaron apenas 20 personas, Sánchez Sorondo dedicó las intenciones «por el éxito del nuevo Presidente, de su nueva misión, que está difícil».

«Ella trabaja con Scholas«, planteó el pontífice cuando el presidente el presentó a la Primera Dama, recordando la visita que Yañez había hecho a las oficinas de la fundación pontificia en Roma el pasado 13 de diciembre.

Luego saludó uno por uno a los miembros de la delegación: bromeó con el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz («haciendo travesuras», le dijo); habló con el canciller Felipe Solá sobre «cuántos años» que no se veían; abrazó al secretario de Culto, Guillermo Olivieri, y saludó entre sonrisas al secretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi, y a la ministra de Justicia, Marcela Losardo.

En un clima distentido, el Papa, luego, le planteó al mandatario la importancia de que los gobernantes «no pierdan el sentido de humor«, antes de leerle una cita de Santo Tomás Moro del siglo XV, tomada de uno de sus escritos.

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