Algunas de las bacterias que son de consumo imprescindibles y necesarias para los seres humanos se obtienen a través de la fermentación de productos alimentarios. Su principal función es incorporar nutrientes y generar beneficios para la salud intestinal.

Uno de los alimentos más conocidos es el yogur. En el país se consume alrededor de casi 6 litros anuales por personas. La fermentación del producto provoca que se generen dos tipos de bacterias: Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus.

El poder del derivado está comprobado al prevenir el riesgo de desarrollar diabetes 2, un mejor manejo de peso y contribuye a la salud ósea y digestiva.

Otro producto fermentando de gran consumo es el kimchi que es una preparación fermentada para la que incluso utilizan heladeras especiales en los hogares donde almacenan este alimento a lo largo de todo el año.

El mismo se elabora a base de vegetales y se condimenta con especias. El más habitual se hace con repollo (col coreana), aunque también los hay con rábanos o pepino.

Posee ácido láctico que estimula el apetito, contiene lactobacilos, aporta vitaminas C, A, B1 y B2, y suma a la dieta carotenos, proteínas, carbohidratos y calcio, además de una gran cantidad de bacterias vivas, seguras y benéficas.

Otro de los productos fetiches para el consumo es la masa madre, que se usa para la realización de panes y pizzas, compuesta por un fermento natural de harina y agua que no contiene ningún tipo de levadura industrial.

 

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