La misión de introducir la tecnología, que en última instancia promete velocidades de internet hasta 20 veces más rápidas que las actuales, podría ser crucial para que el continente Europeo emerja de manera competitiva de las ruinas económicas de la pandemia Covid-19.

Consciente de ello, la Unión Europea está canalizando una quinta parte de su fondo de recuperación de 750.000 millones de euros (914.000 millones de dólares) para mejorar la capacidad digital de los países.

Los operadores europeos de telefonía móvil se han mostrado reacios durante mucho tiempo a empezar a invertir en redes 5G, que podrían servir de apoyo a las fábricas inteligentes y a los automóviles de conducción autónoma, debido a la falta de claridad política sobre si deben acceder a las exigencias de Estados Unidos de excluir al principal proveedor de equipos, Huawei, y a otros vendedores chinos.

Sin embargo, alentada por el compromiso financiero de la Unión Europea con esta tecnología, en un momento en que el gobierno de Estados Unidos está en proceso de transición y temerosa de quedarse aún más rezagada a nivel mundial, la industria se prepara para sacarla adelante en 2021.

“Europa está, desafortunadamente, atrasada”, dijo a Reuters Pekka Lundmark, el CEO del fabricante finlandés de equipos de redes Nokia. Pero el despliegue “ya se está acelerando y en 2021 creo que cobrará más velocidad en la mayoría de los países”.

El fabricante sueco de equipos Ericsson prevé que la cobertura 5G de Europa debería crecer desde alrededor del 1% de las suscripciones de móviles en todo el continente en 2020, hasta el 55% en los países occidentales y el 27% en los estados centrales y orientales del bloque en los próximos cinco años, lo que apuntalaría la ansiada recuperación económica.

Sin embargo, son los operadores móviles los que deben pagar a empresas como Ericsson, Nokia y Huawei miles de millones de dólares por los equipos 5G. La UE acordó su paquete de rescate en julio y las empresas comenzaron a elaborar planes digitales.

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