En 8 de cada 10 chicos con epilepsia, el aceite de cannabis resultó «efectivo y seguro» según los resultados obtenidos por el Garrahan en el primer estudio científico en Latinoamérica.

Según la investigación, el 80 por ciento de los chicos tuvo una respuesta positiva con reducción significativa en el número de crisis. Además, gracias al tratamiento, cinco pacientes se encuentran libres de estos síntomas en la actualidad.

La epilepsia refractaria es cuando un paciente no logra controlar sus crisis tras el tratamiento adecuado con dos o más fármacos antiepilépticos.

«Este estudio debía responder una pregunta: ¿Es efectivo y seguro el aceite de cannabis en dosis farmacológicamente controladas? Hoy sabemos que la respuesta es sí”, afirmó Carlos Kambourian, presidente del Hospital Garrahan.

El estudio arrojó las siguientes concusiones:

De 49 pacientes con seguimiento, el 80 por ciento tuvo una respuesta positiva con reducción en el número de crisis. El promedio grupal inicial de 959 crisis por mes (unas 30 diarias) disminuyó a 381 (13 por día), lo que equivale a una baja del 60 por ciento. Esto significa que el tratamiento evitó casi 2 de cada 3 crisis.

“Los resultados confirman lo que percibimos a lo largo de todo el tratamiento con las familias y los pacientes con encefalopatías epilépticas refractarias. Son indicadores que nos permiten comprender la importancia, eficacia y seguridad de contar con esta nueva opción terapéutica”, explicó Roberto Caraballo, jefe del servicio de Neurología del Hospital e investigador principal del ensayo.

Además la mayoría de los padres que señalaron una mejora en los aspectos cognitivos, conductuales y motores, lo que repercute en la calidad de vida en los pacientes y su familia. Los efectos adversos observados fueron en general de leves a moderados.

“La idea de este proyecto surgió frente a la necesidad de evaluar el cannabis sin prejuicios y con rigor científico, para asegurarnos su efectividad y seguridad antes de incorporarlo como un nuevo tratamiento”, argumentó Graciela Demirdjian, coordinadora de Unidad de Evaluación de Tecnología Sanitaria, y asesora metodológica del proyecto de investigación.

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