Con la ilusión intacta tras vencer a Japón y buscando ser el único equipo del grupo de abajo en meterse en semifinales, Argentina se enfrentaba a Australia con el sueño de volver a meterse entre los mejores cuatro después de una edición sin poder hacerlo (Río), pero no pudo hacerlo porque, salvo unos minutos del primer cuarto en los que controló el juego, el resto fue todo de Australia, que terminó ganando con claridad 97-59. Mills fue el máximo anotador con 18 puntos, pero las figuras fueron varias. La nota del juego fue el fin de la carrera de Luis Scola con la selección argentina. Cuando Sergio Hernández lo sacó a poco del final, con el resultado definido, el partido se paró y tanto jugadores de ambos equipos como todos los presentes, se pararon para aplaudirlo. Conmovedor al límite.

La energía que puso Argentina de manifiesto en el arranque le dio rápidos frutos, con una defensa intentando evitar que Mills recibiera el balón, arriesgando a que los tiros de Australia llegaran de manos de sus aleros de tres puntos, y siendo muy agresivo para atacar a una pintura donde esta vez los australianos no mostraban moles infranqueables.

Con Lapro derecho, Campazzo corriendo y una buena defensa general, Argentina sacó una máxima de 8 (18-10), pero a partir de ahí se mezclaron varias cosas. No fue tan simple mantener aislado a Mills, Australia empezó a mover el balón, y Argentina a perder muchos balones, con Facu pasado de revoluciones (5 pérdidas en la primera mitad).

Sin la posibilidad de tomar buenos tiros, se hizo difícil también frenar el juego rápido de Australia, que dio vuelta el juego con Mills, con Ingles tomando el control de lo que se hacía y con Thybulle certero en tiros lejanos, algo poco habitual en él.

Tras el 33-39 de la primera mitad, Australia mantuvo su control del juego a partir del lanzamiento lejano, con Jock Landale clavando dos bombas seguidas, que le dieron la posibilidad de jugar tranquilo, ante una Argentina que, cuando encontró el tiro de tres con dos seguidos de Deck, tuvo la mala de la cuarta falta del Tortu, que venía siendo figura con 12 puntos y 10 rebotes.

Sin un camino claro hacia el gol, a Argentina cada vez se le hizo más complicado, porque no meterla implicó la posibilidad mayor de Australia para correr, encontrando en Exum un enorme exponente que le dio grandes resultados para conseguir o contraataques o tiros abiertos sin contestar.

Así, los australianos fueron construyendo un triunfo claro, definido con un 19-0 de arranque en el último cuarto, a partir de varios conceptos defensivos bien ejecutados, sin dar espacios para las penetraciones al aro y defendiendo bien los intentos perimetrales de Argentina para tomar tiros lejanos. Argentina no tuvo cómo romper ese esquema letal, que no solo no le dio puntos, sino que favoreció las corridas y definiciones veloces de Australia.

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