La ciudad australiana de Melbourne entró este jueves en su sexto confinamiento por coronavirus y el estado donde se ubica Sydney registró un récord de nuevos casos, mientras Australia redobla esfuerzos para controlar la muy contagiosa variante Delta del virus.

El primer ministro del estado de Victoria, Dan Andrews, dijo que «no tenía otra opción» que «hacer el muy difícil anuncio» de confinar Melbourne poco más de una semana después de que terminara el anterior encierro.

El jefe de Gobierno del estado citó el peligro que representan ocho «misteriosos» casos que deben aún ser rastreados.

«No hay alternativa al confinamiento» dijo, informó la agencia de noticias AFP.

Tras el inicio de la medida en Victoria, a las 20 (las 7 en Argentina), más de la mitad de la población de 25 millones de habitantes de Australia volvió a quedar confinada.

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