Boca sufrió su segunda derrota en la Copa de la Liga profesional: tropezó 1-0 ante Unión en Santa Fe. El chileno Nicolás Peñailillo anotó el único gol del encuentro en el segundo tiempo. Y el Xeneize, con pocas ideas, jamás le encontró la vuelta al planteo granítico del Tatengue, que consiguió festejar de local contra el elenco de la Ribera por primera vez en 18 años.

El conjunto auriazul asumió la iniciativa buscando progresar desde los buenos pies en su mediocampo, pero se encontró con un Unión organizado y con un esquema espejo (cinco hombres en el fondo), que propuso recién empezar a presionarlo cuando Boca atravesó la línea de la mitad de cancha, con máxima concentración, bloqueando las combinaciones ofensivas visitantes.

El Tatengue debió haberse visto beneficiado por un tiro penal: Buffarini amplió volumen con uno de sus brazos ante un remate local, pero el árbitro Espinoza no observó la infracción. Con sus formas, ambos elencos comenzaron a llegar. Unión, con un tiro libre que contuvo Andrada. Los orientados por Russo, con un centro de Fabra que conectó Buffarini en la otra banda por encima del travesaño.

A los 23 minutos, Cardona le sacó lustre a su pegada: de balón parado obligó a la estirada de Sebastián Moyano, quien rechazó hacia su izquierda. Y a los 27, aún ante los piquetes que debió sortear, Boca avanzó tocando (participaron Tevez, Buffarini y Villa) y el balón derivó en Edwin, quien desvió su intento.

Unión hizo muy bien la primera mitad de su trabajo: la de dinamitar las opciones de asociación de Boca. Le costó más la otra parte del plan: la de crecer en campo contrario con juego directo, pero tratando bien la pelota. Con el correr de los minutos se fue asentando, y con dos remates altos de Zenón avisó que también podía lastimar.

La lesión de Marcos Rojo (molestia en un isquiotibial) le abrió a Russo la posibilidad de un cambio táctico: abandonó la línea de 3/5 en el fondo e hizo entrar a Soldano en busca de peso ofensivo. Sin embargo, a los 4 minutos, la defensa ofreció una grieta que no fue perdonada: el chileno Peñailillo remató junto a un palo y puso el 1-0 para el local.

Casi inmediatamente, el DT visitante volvió a mover el banco: le dio minutos a Mauro Zárate, quien se había destacado en las prácticas semanales, en lugar de Cardona, intermitente. El “nuevo partido” mostró a un Boca que empujó, a veces apostando en exceso a la acción individual o a la búsqueda de Soldano, y a un Unión que, lanzado de contra, dejó la sensación de que, con una pátina de precisión, estaba a tiro del segundo tanto.

Boca también debió contar con un penal a favor, equilibrando los errores del juez: Zambrano fue sujetado groseramente dentro del área, pero Espinoza tampoco detectó la falta.

A los 30 minutos, el Xeneize tuvo el empate. Tras un córner y la peinada involuntaria de un jugador de Unión, Tevez, por el segundo palo, no llegó a impactar de lleno el esférico. El capitán, como en muchas otras ocasiones, asumió el liderazgo detrás del intento de empatar. Instantes después, una jugada individual terminó con el tiro de Carlitos, que pasó cerca.

Los últimos intentos fueron por la vía que tantas veces le entregó soluciones a Boca: la pelota parada. Pero el Tate, con hombres grandes y atención plena, no padeció. Y se quedó con una victoria clave, superando a su rival en la tabla de la Zona 2: 14 puntos Unión y 13 el Xeneize. Hoy, los dirigidos por Russo están al límite de quedar afuera de la zona de clasificación. Es un detalle estadístico, que pueden resolver en las próximas fechas. Sin embargo, lo más importante es que logren una identidad y darle una continuidad a la misma, algo que les está costando. Y que, a futuro, de no revertilo, puede costarles los objetivos del semestre.

Comparte esta noticia