El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró que gran parte de la población de su país «no sabe hacer nada», con lo cual culpó a la baja calificación de los brasileños por el aumento del desempleo y defendió a los sectores empresarios al afirmar que «es difícil ser patrón» debido a las cargas sociales que deben asumirse legalmente.

Lo hizo horas después de pronunciar la frase «Brasil está quebrado, yo no puedo hacer nada», que causó un gran revuelo en el país y obligó al ministro de Economía, Paulo Guedes, a aclarar que el jede de Estado se refería apenas al «deficitario sector público».

En la noche del martes, en la puerta del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial, y frente a militantes, Bolsonaro aplaudió la reforma laboral sancionada por su antecesor, Michel Temer, por reducir el espacio para juicios de los empleados contra los empleadores.

«Se las regalo ser patrón en un país como este. Se habla mucho de los desempleados, pero ser patrón es una desgracia», afirmó.

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