La cautela seguía marcando el enfoque de los países en su lucha contra el virus, que ya infectó a más de 2,5 millones de personas en todo el mundo, y también sus planes de ir levantando las cuarentenas, que ayudaron a contener los contagios pero también paralizaron la economía global y provocaron la mayor caída de la historia en el precio internacional del petróleo.

En tanto, Naciones Unidas pidió urgentemente 350 millones de dólares para poder luchar contra la Covid-19 en los países más pobres, donde la falta de recursos provocaría la propagación «sin control» del virus, «destruyendo vidas y economías”.

«En esta carrera contra un enemigo invisible, todos los países deben contraatacar, pero no todos comienzan desde la misma línea de salida», advirtieron en una carta abierta los responsables de las principales agencias de la ONU.

El organismo reclamó dicha suma para establecer un sistema logístico global contra la pandemia que permita la construcción y la gestión de centros de distribución y almacenamiento regionales para garantizar el acceso a material sanitario, pruebas y medicación en las zonas más necesitadas. Con apenas cinco camas de terapia intensiva por cada millón de habitantes, África es el continente más vulnerable para enfrentar el brote de coronavirus, que ya causó más de 23.000 contagios y 1.100 muertos, según los últimos datos oficiales.

“Ahora no es el momento de reducir la velocidad, nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo», insistieron los autoridades de la ONU. Desde el inicio del brote en China a fines de 2019, la Covid-19 provocó 2.501.156 contagios y 171.810 muertes en el mundo, según datos de la Universidad Johns Hopkins, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS), que actualiza su balance una vez al día, reportó 2.397.216 casos y 162.956 decesos.

No obstante, se cree que las cifras reales son mucho más altas, en parte debido a las pruebas limitadas, los casos asintomáticos y las dificultades para contar los muertos a nivel global. En Europa, hasta ahora el continente más golpeado por la pandemia, algunos países como Austria, Alemania, Dinamarca y España han comenzado a retomar gradualmente la actividad laboral, inclusive la de peluqueros, dentistas y obreros.

En España, el segundo país con más infectados del mundo, el gobierno aprobó hoy el decreto que extiende el estado de alarma y el confinamiento hasta el 9 de mayo e incluyó un permiso para que los menores de 14 años salgan a la calles solo para acompañar a sus padres al supermercado o la farmacia.

La medida, que entrará en vigor a partir del lunes próximo, generó polémica entre los españoles, ya que muchos esperaban que el denominado «desconfinamiento infantil» incluyera también un paseo recreativo, tal como sucede en otros países europeos, inclusive Italia, el segundo con más muertes a nivel mundial.

Francia también experimentará una levantamiento gradual de la cuarentena a partir del 11 de mayo, cuando se iniciará una reapertura paulatina de las escuelas que será escalonada en tres semanas y organizada de forma que ninguna clase tenga más de 15 alumnos. En Austria, en cambio, el gobierno dio un paso más allá y ratificó hoy los planes de reabrir todos los comercios, restaurantes, escuelas e iglesias desde el mes que viene, mientras que en Dinamarca los famosos jardines de Tivoli, el parque de diversiones que inspiró a Walt Disney, volverán a abrir el 11 de mayo.

Más allá de la relajación de las restricciones en ciertos países europeos, hoy también se conoció la suspensión de celebraciones tradicionales como las fiestas de San Fermín, en España, y la maratón de Berlín y la Oktoberfest -la fiesta de la cerveza de Munich-, en Alemania. «Coincidimos en que el riesgo es simplemente demasiado alto», dijo el gobernador de Bavaria, Markus Soeder, tras reunirse con el intendente de Munich.

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