El Long March-5B Y2 avanza a una velocidad de 27.600 kilómetros por hora y será uno de los reingresos no controlados más grandes de los últimos 30 años. Los expertos, además, consideran que la mayor parte del aparato debería quedar calcinada cuando haga su última inmersión en la atmósfera.
El experto también manifestó que señalar hacia donde puede dirigirse los restos del cohete que sobrevivan la entrada a la atmósfera es casi imposible debido a la velocidad a la que viaja. “Si quiere apostar sobre dónde aterrizará algo en la Tierra, apueste por el Pacífico, porque e Pacífico es la parte más extensa de la Tierra”, dijo McDowell.
Por último, para calmar un poco a la gente de China, varios analistas remarcaron que “es muy probable que los escombros del cohete que puso en órbita la primera sección de la estación espacial china caigan en aguas internacionales y la gente no debe preocuparse”.
“La mayoría de los escombros se quemarán durante el reingreso a la atmósfera de la Tierra, dejando solo una porción muy pequeña que puede caer al suelo, que potencialmente aterrizará en áreas alejadas de las actividades humanas o en el océano”, opinó Wang Ya´nan, editor jefe de la revista china Aerospace Knowledge.