Fue debut y despedida para Belén Pérez Maurice en los 16avos de final de la categoría sable individual femenino en esgrima. La argentina perdió 15 a 12 ante la húngara Anna Márton y su desilusión se basó en algunos fallos polémicos que no la dejaron conforme.

Sin embargo, el mal sabor de boca que le dejó el resultado deportivo en los Juegos Olímpicos de Tokio cambió de inmediato cuando su entrenador la sorprendió ante las cámaras de TV con un cartel que provocó su emoción: “Flaca, ¿te querés casar conmigo? Por favor”.

El grito de sorpresa, la mirada cómplice y la única reacción que deslizó con un leve movimiento de cabeza asintiendo hacia la pregunta de su enamorado fue uno de los momentos más icónico que se vieron en los últimos tiempos.

El amor es amor. Existe en las relaciones laborales, en los grupos de amigos y también se puede dar en el deporte. Ese fue el punto en común que enamoró a Belén Pérez Maurice y Lucas Saucedo, los protagonistas de la esgrima argentina en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Su amor y pasión por la disciplina creció con el tiempo. Él detectó en ella cualidades para practicar un deporte poco desarrollado en Argentina. Y los años de relación como atleta-entrenador hicieron el resto.

Acostumbrados a tener que luchar por cada logro, sea grande o más pequeño, esta historia de amor entre Belén Pérez Maurice y Lucas Saucedo define el valor que tiene el deporte en la construcción personal de cada uno. Y más allá del resultado, saben que de la capital japonesa se llevarán uno de los recuerdos más importantes de sus vidas.

La nicoleña que ocupa el puesto 27 en la clasificación internacional estuvo muy cerca de alcanzar su primera victoria en su tercera presentación olímpica pero terminó siendo eliminada por la calificada húngara Anna Marton (6), que la superó por 15-12 (8-5 para la argentina en el primero de los dos asaltos) en la prueba de sable individual femenino de Tokio 2020.

La argentina terminó ganando el primer asalto por 8-5, pero cuando estaba 5-4 arriba la húngara sufrió un golpe en la rodilla izquierda que obligó a su atención por espacio de dos minutos.

En el arranque del segundo parcial la representante albiceleste reclamó un punto pidiendo video pero no le fue concedido y Marton igualó en 8, instancia que se repitió a la inversa cuando estaban igualadas en 12, por lo que pasó al frente la húngara 13-12 y luego estiró a 14-12. Allí fue cuando la europea volvió a acusar un dolor en esa rodilla izquierda, pero ya no podía reclamar más atención.

Sin embargo se recuperó la medalla de bronce en el Mundial de sable de Moscú 2015 para la estocada final y terminó imponiéndose por 15-12 para eliminar a la argentina, que en su tercer Juego Olímpico estuvo muy cerca de alcanzar su primera victoria, algo que se hubiese valorizado por la categoría de su rival, sexta en la clasificación contra el 27mo. lugar que ocupó la oriunda de San Nicolás de los Arroyos, que el pasado 12 de este mes cumplió 36 años. La húngara, además de su superioridad en la clasificación, tiene 10 años menos que la argentina (26, nació el 31 de marzo de 1995 en Budapest).

“La verdad que es cualquiera”, se le escuchó decir de fondo a Pérez Maurice dirigiéndose a su entrenador, Lucas Saucedo, al término de la brega, luego de esos dos fallos discutidos que en ambos casos terminaron favoreciendo a la húngara, poseedora también de dos medallas plateadas y otra de bronce en el Campeonato Europeo. Cuando se enfrió y vio la propuesta de su pareja, la bronca se transformó en un sentimiento de profundo amor.

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