Con el aval de la CGT a negociar con los empresarios un acuerdo de precios y salarios, el Gobierno los convocará el miércoles para discutir los principales puntos del entendimiento. Será sobre la base de la inflación de 29% pautada en el Presupuesto 2021 y a partir de la premisa de que los ingresos de los trabajadores deberán estar este año por encima de la suba de la canasta básica.

Así quedó establecido tras una reunión del Gabinete económico y lo confirmó por la noche el ministro de Economía, Martín Guzmán. El llamado a gremialistas y empresarios quedó a cargo de los ministros de Trabajo, Claudio Moroni, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, respectivamente. Aunque resta por parte del Ejecutivo definir la modalidad del acuerdo, una de las chances que pondrán sobre la mesa los funcionarios será establecer paritarias de corto plazo, por semestre o incluso cada tres meses, y la diseminación de sumas fijas como variable para abaratar el resultado de las negociaciones para los empresarios.

Guzmán, nominado por Alberto Fernández como capitán del acuerdo y quien hasta ahora expresaba la posición más fiscalista, ratificó anoche en C5N que “más que emparejar (con la inflación), los salarios tienen que crecer más que los precios”. En la reunión del Gabinete económico de la mañana ya había salido la definición de que esa ventaja a favor de los sueldos debía estar entre 3 y 4 puntos respecto de la evolución del costo de vida. “Desde el Gobierno nunca se manifestó” la posibilidad de poner un techo a las paritarias, añadió el jefe de Hacienda, y recalcó: “la recuperación del poder adquisitivo del salario es una condición necesaria para la recuperación de la economía”.

Los anuncios del Ejecutivo continuaron un guión preacordado con la cúpula de la CGT, que luego de la reunión de su “mesa chica” de conducción el martes había dijo que estaba en condiciones de sentarse a negociar con las empresas “un plan antiinflacionario” siempre y cuando no se les impusiera a los gremios “un techo en sus paritarias”. En rigor esa condición nunca se les planteó a los sindicalistas sino la posibilidad de establecer un sendero de subas salariales que estuviese unos pocos puntos por encima del ritmo inflacionario del año. Héctor Daer fue el portavoz de la conclusión de la CGT y el referente con el que Alberto Fernández avanzó en silencio con su plan.

Ayer Cecilia Todesca, vicejefa de Gabinete, confirmó que para el Gobierno “es un momento para hacer converger las variables de precios, salarios, gastos” en torno de los parámetros fijados en el Presupuesto. “Lo que necesitamos para esto es el compromiso de los trabajadores y de los empresarios y empresarias”, añadió Todesca, y amplió: “no vamos a ir con una metodología de trabajo que suponga ‘topes’ sobre la discusión de los convenios colectivos de trabajo, somos muy respetuosos de ese proceso porque nos parece un proceso democrático, característico de la Argentina que nosotros defendemos”. Y precisó que entre los criterios del presupuesto figura “un incremento real de los salarios en torno de los 3 y 4 puntos” para alimentar el consumo, responsable “de entre el 60 y 70% del PBI”.

La cita para el miércoles que viene es a las 11 en la Casa de Gobierno. Será, en los planes del Ejecutivo, la oportunidad de Alberto Fernández de fotografiarse con los principales responsables de la CGT, la CTA de los Trabajadores, que lidera Hugo Yasky, y del sector empresario. En este rubro está previsto llamar a los líderes del denominado Grupo de los Seis, en donde se encuentran industriales, comerciantes, banqueros, patrones del campo y empresarios de la construcción, entre otros. También, los referentes del Consejo Agroindustrial Argentino, el sello que el mandatario eligió para contrapesar con la Mesa de Enlace de las entidades agropecuarias.

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