Luego de varios meses del asesinato del adolescente Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell a manos de un grupo de 10 rugbiers que fueron identificados por las cámaras de seguridad, se pudo detectar al sospechoso número 11.

Ni bien sucedido el hecho, el grupo de rugbiers que asesinó a Fernando Báez Sosa fue detenido. Sin embargo, en las cámaras de seguridad faltaba identificar a un joven que hasta ahora no se sabía quién era.

Hace unas horas, el abogado de la familia del joven, Fabián Améndola, dijo que, en los próximos días, peritarán las imágenes de las cámaras para identificar a los agresores. “Se pudo corroborar la identidad de la persona que decíamos que era la número 11″, dijo a Minuto G el abogado de la familia Báez Sosa.

Además, el letrado confirmó que está pendiente la incorporación de una pericia de todas las imágenes del momento del crimen en la que se requiere la identificación de los rostros de los jóvenes asesinos.

El homicidio de Fernando Báez Sosa ocurrió en la madrugada del 18 de enero a la salida de un boliche Le Brique, ubicado en el centro de Villa Gesell, donde Báez Sosa y dos de sus amigos comenzaron a ser golpeados por los rugbiers.

Esa noche, Fernando Báez Sosa recibió golpes y patadas en la cabeza que le provocaron la muerte antes de que pudiera ser atendido por médicos, mientras que sus agresores huyeron, lo cual se pudo ver en las cámaras ubicadas en la calle.

Un vocero del caso explicó que el rostro de Báez Sosa “tenía dos improntas: una no se pudo establecer porque era muy chiquita y, la otra, se estableció que coincide con unas zapatillas Cyclone secuestradas y que coinciden con el pie de Máximo Thomsen”.

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