La milicia extremista Estado Islámico (EI) amenazó abiertamente al canciller de Italia, Luigi di Maio, organizador de una cumbre a fines del mes pasado de la coalición internacional contra ese grupo armado, y avisó que entrará a la «Roma Cruzada».

«No es casualidad que los cruzados y sus aliados se hayan reunido en la Roma Cruzada y no cabe duda de que los miedos de Roma están justificados, ya que sigue estando en la lista de los objetivos principales de los muyahidines (combatientes islamistas)», advirtió el EI en un comunicado publicado en su revista afín Al Naba.

El texto agregó que «los muyahidines del Estado Islámico siguen esperando que se cumpla la profecía hecha por Dios Todopoderoso. Dabiq, Ghuta, Jerusalén y Roma. Entraremos sin falsas promesas», reportó la agencia de noticias Europa Press.

Como el comunicado menciona puntualmente a Di Maio, el ministro recibió inmediatas muestras de solidaridad, entre ellas del primer ministro, Mario Draghi, y del Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell.

«La conferencia contra el Estado Islámico que presidió fue un éxito. El Gobierno sigue comprometido con la lucha contra el terrorismo», destacó Draghi.

En su cuenta de Twitter, Borrell consideró «inaceptables» las amenazas a Di Maio y dejó en claro que la UE «expresa su total solidaridad y determinación para seguir desempeñando su función en los esfuerzos globales para derrotar la ideología de odio e intolerancia del Estado Islámico».

El encuentro del 28 de junio, celebrado en Roma y presidido por Di Maio, marcó la primera reunión presencial en dos años de la Coalición Internacional contra el Estado Islámico, una alianza que reúne a más de 80 países y fue creada para derrotar a la milicia extremista en las regiones de Siria e Irak.

La principal decisión del encuentro de Roma fue la de trasladar el foco y la presión a África ante la mayor presencia del yihadismo afín al Estado Islámico en la región.

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