En un hecho por demás llamativo, se realizaron dos audiencias distintas, con dos juezas distintas, en una misma causa: el millonario robo a una droguería. Los detenidos fueron liberados. La querella no fue comunicada de las audiencias.

Durante la mañana del miércoles 14 de octubre, las juezas de Control y Garantías, Sara Harón y María Pía Danielsen, por separado, concedieron la excarcelación a los imputados en el millonario robo de medicamentos a la droguería Tecno Santiago, con lo cual quedaron en libertad Mario Alberto Juárez, quien era empleado de la firma, y un camionero de apellido Marchisio, quien es padre de otra empleada de la empresa. Ambos fueron imputados por hurto, aun cuando el valor de la mercadería sustraída ascendería a casi 6 millones de pesos, y pese a que la querella habría intentado que el hecho sea calificado como “asociación ilícita”, ya que se trataría de una banda conformada por varias personas, con un modus operandi determinado.
Pero, para entender de qué se trata este ilícito, resulta necesario volver la vista atrás.
El pasado 9 de septiembre, cerca de las 23, el dueño de la droguería, Mauricio Corbalán, recibió un llamado de Pablo Lobruno, propietario del galpón que alquilaba para guardar mercadería cuando la operatividad del negocio así lo requiere, comunicándole que en el lugar había ocurrido un robo.
Cuando Corbalán llegó al galpón, ubicado en calle Rioja N° 664, se encontraba en el lugar Lobruno y personal de seguridad de la empresa Vigia, quienes señalaron que el robo se habría realizado a través de un boquete. Al ingresar al galpón, ellos constataron que, efectivamente, había un agujero en la pared de atrás que da hacia la calle Gaucho Rivero.
Los vecinos alertaron a la policía del hecho, debido a que la alarma antisísmica había sonado. Pero los efectivos tardaron 40 minutos en arribar al lugar, es más Corbalán llegó antes que ellos. Luego de verificar que faltaba una importante cantidad de mercadería, se realiza la denuncia correspondiente.
Al día siguiente, Corbalán envía a su empleado de confianza, Mario Juárez, para realizar el inventario de la mercadería faltante, cuyo monto ascendería a casi 6 millones de pesos.
Las primeras investigaciones terminaron en sendos allanamientos realizados en inmuebles de los barrios Libertad y John Kennedy, que llevó a encontrar un camión con parte de lo robado.

EL EMPLEADO INFIEL
Mientras las investigaciones continuaban su curso, antes del mediodía del lunes 14, un camión con mercadería llega a las oficinas de la empresa, sita en calle Salta 505. Pero, para sorpresa de todos, dicha mercadería era la misma que había sido robada, es decir el faltante de lo que se encontró en el camión.
Los funcionarios policiales iniciaron las averiguaciones en torno al extraño suceso y las sospechas recayeron en uno de los empleados de Corbalán, el propio Mario Juárez.
De acuerdo a las pesquisas, Juárez habría sido quien sustrajo en primera instancia los medicamentos con su propio automóvil, por el portón del galpón y el “boquete” realizado, habría sido solo una pantalla para despistar a los investigadores. Al parecer, el empleado infiel habría tratado de vender por su cuenta los medicamentos a una droguería de Tucumán, pero cuando sus dueños advirtieron que se trataba de la misma mercadería robada habrían decidido devolverla, con lo cual se explica que la misma regresó a las oficinas de Santiago.
A esta altura, resulta necesario hacer notar que el día que los medicamentos fueron enviados a Tucumán a través de un transporte, cuyo chofer declaró que fueron dos combis blancas a dejar la mercadería, llamativamente con un remito que, a simple vista, se podía advertir que era falso y a nombre de una empresa inexistente. Es más, uno de los camioneros involucrados, de apellido Marchisio, resultó ser padre de otra empleada de la empresa.

BANDA DELICTIVA
Por lo cual, la querella, a cargo del Dr. Miguel Torres, considera que “existen muchas más personas que habrían participado en este hecho o en estos hechos, los cuales debieron no solo trasladar la mercancía robada desde el galpón, sino también al lugar donde guardarlas en la provincia, medios de movilidad y transporte, como así también toda una red de contactos para la comercialización de dichos productos”.
El modus operandi de esta banda sería sustraer los medicamentos en distintos vehículos, dejarlos “enfriar2 en domicilios de esta ciudad Capital, para luego ser trasladados en vehículos de transporte hacia Tucumán, donde eran comercializados a otras droguerías del medio.
Si bien todo ello se encuentra en una etapa incipiente de investigación, por la cantidad de personas que se encontrarían involucradas en el hechos, resulta necesario destacar la complejidad de la causa, que tendría ribetes delictuales no solo en esta provincia si no en provincias vecinas.
Para el abogado de la víctima, se trataría de banda delictiva encabezada por Mario Juárez, otra empleada de la firma y miembros de su familia, como así también contactos en Tucumán los cuales hacían compras de medicamentos robados y facilitaban el intercambio de mercaderías con varios contactos de la provincia que se dedicarían al rubro y que estarían siendo investigados.

EXCARCELACIÓN
El Dr. Miguel Torres comentó que pese a que la Fiscalía, a cargo del Dr. Martín Silva, manifestó que la víctima del robo –Mauricio Corbalán- o la querella debían ser informadas de las audiencias para estar presentes, se hizo caso omiso a la situación y se continuó adelante, vulnerando sus derechos, y que derivaron en la excarcelación de los imputados Juárez y Marchisio.
“Estas graves falencias de parte de la Oficina de Gestión de Audiencia, como de la jueza Harón, vulnerando los derechos consagrados en nuestro ordenamiento procesal, son de extrema gravedad institucional, más aun teniendo en cuenta por las notables y constantes reclamos de las partes sobre su funcionamiento y sobre el actuar de las mismas”, señaló el Dr. Torres.
Además, tampoco se habrían tenido en cuenta los testimonios bridados en la causa, donde se pondría de manifiesto la peligrosidad de Mario Juárez, debido a las amenazas propinadas a otras personas para ocultar evidencias del delito, como de otros testigos que se encuentran investigado. Lo que evidencia claramente los riesgos procesales que las jueces hicieron caso omiso al otorgar la libertad a los dos hombres.
A la hora de analizar las causas por las cuales la Dra. Harón liberó a Mario Juárez, el empleado desleal, diferentes fuentes comentaron que tanto en este caso como en otros similares, se haría visible el errado actuar de la magistrada, con frecuentes fallos de arbitrariedad manifiesta.
Asimismo, fuentes confiables manifestaron que la misma jueza habría ordenado detenciones, siendo totalmente incompetente, por delitos que -por naturaleza- son de carácter federal, como es el lavado de activos. Actuar que fue corregido de manera urgente por la justicia federal. Las personas perjudicadas por la magistrada estarían por realizar las denuncias penales y presentarse ante el Consejo de la Magistratura, para denunciar el actuar de esta jueza.
Algunos allegados a la causa del robo a la droguería se preguntan: ¿Hubo efectividades conducentes? Sin respuestas por el momento.

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