Un juez trinitario ordenó ayer la liberación de los 16 niños y menores y las nueve mujeres que permanecían encarcelados en la comisaría de Erin tras protagonizar una odisea sólo posible en Venezuela.

El grupo permanecerá en aislamiento en unos habitáculos del Ministerio de Justicia para cumplir con el aislamiento forzado por el Covid-19 como paso previo a la reunificación familiar por mandamiento judicial. Los abogados defensores movilizados por la Agencia de Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) consiguieron poner punto y seguido al sufrimiento de niños y mujeres.

La mayoría de los niños llegó hasta la isla en busca de sus padres porque sus enfermedades no pueden ser tratadas en Venezuela por la falta de medicinas y equipos médicos. Las autoridades de Trinidad y Tobago decidieron lanzar al mar a los niños y las mujeres a bordo embarcaciones frágiles. La deportación puso en peligro la vida de todos ellos, que navegaron a la deriva hasta llegar a la costa de Delta Amacuro.

 
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