Los presos podrán usar celulares dentro de la cárcel. El viernes pasado se aprobó un protocolo que les permite su uso durante la pandemia de COVID-19. El reglamento fue presentado el jueves por el Ministerio de Seguridad, en cumplimiento de una orden del juez Eduardo Barrionuevo, del Tribunal de Impugnación.

En octubre del año pasado, el magistrado hizo lugar a un hábeas corpus interpuesto por la Asociación Pensamiento Penal (APP). El fallo autorizó a las personas privadas de la libertad a utilizar en forma limitada y supervisada teléfonos celulares durante ocho horas semanales en el contexto de la emergencia sanitaria para garantizar el derecho a la comunicación, tanto de ellos como de sus familiares y allegados.

Desde el Gobierno provincial se apeló el fallo y ahora la Corte de Justicia de Salta debe decidir si este seguirá vigente. Hace tres meses que los presos pueden pedir autorización por escrito para el ingreso y el uso de teléfonos celulares en las cárceles provinciales bajo el cumplimiento de ciertas reglas.

Esta medida no implica gastos al Estado porque los familiares o allegados son los encargados de brindar el celular y pagar la línea. Al celular lo mantiene en custodia el Servicio Penitenciario y se lo entrega a la persona en un espacio supervisado para que lo utilice y así garantizar seguridad tanto a la institución como al interno.

Cuando haya terminado la emergencia sanitaria, debido al coronavirus, el protocolo quedará sin efecto y el preso deberá devolver el celular a uno de sus familiares, tal cual publica Que Pasa Salta.

Se registra el número de la línea y el de chip del celular para asegurar que no se hagan cosas indebidas.

Se elabora un listado de las personas -con nombre, apellido y teléfono- a las que el detenido puede llamar, que son aquellos que están autorizados para las visitas.

Queda prohibido borrar el registro de llamadas para que los efectivos puedan verificar que solo haya comunicación con esos contactos.

No se puede utilizar redes sociales u otras aplicaciones, así como cámaras o registros fotográficos.

No se autoriza empleo de memorias externas, adaptadores, «pendrive» y otros dispositivos de almacenamiento.

El teléfono se puede usar de lunes a viernes, por ocho horas semanales, distribuidas en cuatro días y por un lapso no mayor a dos horas diarias.

Si un interno comete actos de indisciplina, se le puede retener temporalmente el celular.

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