Mara Gómez, protagonista de una jornada histórica para el fútbol femenino al convertirse en la primera jugadora trans en debutar profesionalmente, expresó este lunes su alegría pero también recordó que el deporte la salvó en momentos difíciles de su vida.

«Estoy demostrando un cambio social y que los sueños se cumplen. La vida no es fácil para nadie, pero nada es imposible. Hoy estoy acá, viviendo algo que creí indispensable cuando estuve al borde de no estar, de no existir… Estoy disfrutando del fútbol, que es mi terapia«, manifestó Mara, unos minutos después de haber quedado en la historia del deporte argentino.

Luego de muchos años de lucha y meses de espera, Mara fue titular en el equipo de Villa San Carlos con la número 7 en su espalda y disputó todo el partido ante Lanús por la segunda fecha del torneo de Primera División del fútbol femenino de AFA.

La derrota por 7-1 en la mañana de Berisso quedará como anécdota en medio de un día histórico para el deporte argentino y para la ampliación de derechos en nuestro país.A los 23 años, Mara se convirtió en la primera futbolista trans en jugar en la máxima categoría del fútbol femenino y marcó un antecedente en la lucha del colectivo LGBT.

«Nuestro colectivo siempre fue excluido y discriminado por muchos ámbitos de la sociedad. El primer paso siempre es la familia: si te echa, estás en la calle. Ahí tenés dos caminos: morir o aferrarte a la vida y saltear los obstáculos», remarcó Mara en diálogo a Télam en las afueras del estadio Genacio Sálice de Berisso donde la esperaba una nutrida guardia periodística de medios nacionales e internacionales.

«En la previa estaba nerviosa y ansiosa, se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Después en la cancha me sentí bien y lo disfruté. Extrañaba el fútbol después de tantos meses en cuarentena«, admitió la delantera que se declara hincha de Boca Juniors y admiradora de Juan Román Riquelme.

Su primera intervención en el partido fue un pase atrás que casi terminó en el primer gol de Lanús pero Mara no se achicó y en la siguiente tiró un taco en la mitad de cancha.

Seguramente cuando repase el partido en su cabeza durante los próximos días no se perdonará el mano a mano que se perdió en el minuto 12 del primer tiempo que le sacó la arquera de Lanús Brisa Río, la misma que al finalizar el partido la saludó afectuosamente.

Las jugadoras del «Granate» también le regalaron una camiseta de Lanús con el nombre Mara Gómez y el número 10 en la espalda en forma de reconocimiento.

Juan Cruz Vitale es el entrenador de Villa San Carlos y uno de los responsables de este hecho histórico ya que fue a buscar a Mara cuando se enteró que había sido dos veces goleadora de la liga amateur platense con el equipo Las Malvinas.

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