A partir del próximo 1 de enero en Milán estará prohibido fumar al aire libre. La medida tomada incluye paradas de autobuses y tranvías, en los cementerios, parques, estadios e instalaciones deportivas si no hay al menos 10 metros de distancia respecto a otras personas. 

El objetivo de todas las medidas es ayudar a reducir las partículas contaminantes para los pulmones y tutelar la salud de los ciudadanos del humo activo y pasivo en los lugares públicos y frecuentados por los menores de edad. 

La ordenanza, que prevé la prohibición total de encenderse  cigarrillo en las áreas públicas y al aire libre desde principios de 2025, afecta también a los negocios. A partir del 1 de enero de 2022 existirá la obligación de mantener las puertas cerradas en las tiendas y comercios para evitar que se escape el aire fresco o caliente de su interior, ya sea verano o invierno, y conseguir así que no se malgaste la energía.

Italia prohibió en enero de 2003 el uso del tabaco en los lugares cerrados con acceso al público, como los bares, restaurantes y cafeterías. Fue una ley que se respetó desde el primer momento, para sorpresa de los propios italianos. En 2013 se extendió la normativa a los alrededores de los centros educativos y, en 2016, de los hospitales.

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