El congelamiento en los precios de las naftas, que el Gobierno estableció en agosto, llegará a su fin a mediados de noviembre y las estaciones de servicio reflejarán aumentos de, al menos, un 6%.

El desfasaje entre los importes congelados y los estimados por las compañías está en torno al 20%. Sin embargo, en el mercado creen que un incremento de esa magnitud sería inaplicable, ya que la demanda no podría procesarlo bien.

Hace un mes, luego del aumento de 4% que se había dispuesto excepcionalmente, el presidente de YPF, Miguel Angel Gutiérrez, había dicho que este año los combustibles subieron mucho menos que la inflación y que los precios en ese momento estaban entre 17 y 20% por debajo del “export parity” o paridad de exportación.

Para combatir el congelamiento de precios, algunas petroleras habían ido en forma individual a la Justicia y, recientemente, las principales firmas del sector presentaron un amparo en contra.

Las compañías, agrupadas en la Cámara Argentina de la Energía (CADE), reclamaron la inconstitucionalidad de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) que dispusieron los topes a los importes del petróleo crudo y sus derivados.

En el sector hay expectativa por un plan del próximo Gobierno para el desarrollo de Vaca Muerta.

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