Mauricio Macri no está preocupado por el anuncio de Alberto Fernández para impulsar una querella criminal que investigará “la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que se recuerda” por la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional (FMI) durante el gobierno de Cambiemos. “Es la continuación de las hostilidades del kirchnerismo, pero esa denuncia no tiene fundamentos jurídicos”, les dijo el ex presidente a dos allegados con quienes vio por televisión el discurso ante la Asamblea Legislativa.

Uno de sus acompañantes, que es un experimentado abogado, comentó que se trataba del “inicio de una guerra total” por parte de la Casa Rosada en contra del ex mandatario, aunque Macri advirtió: “Pero esto no es en contra de mí, sino de la gente. Alberto está desenfocado. Sólo le importa la impunidad de Cristina Kirchner”.

El ex jefe del Estado aseguró que no cree necesario hacer ninguna consulta a especialistas sobre los alcances de la denuncia judicial que iniciará el Gobierno y que el anuncio “es parte de su hostilidad discursiva y política”.
De todas formas, Macri sólo siguió un rato el discurso presidencial y se fue a almorzar con sus allegados cerca de su casa, en la localidad bonaerense de Acassusso. Luego, leyó íntegramente lo que dijo Alberto Fernández en un portal de noticias y su primer comentario cuando levantó la vista fue: “No podemos naturalizar esas barbaridades”.

El ex presidente, según los interlocutores con quienes estuvo este lunes, tiene una “preocupación enorme” porque el Gobierno “no cambia el rumbo y mantiene una agresión inédita contra la división de poderes”.

Cerca de Macri afirmaron que “por el momento” no hará declaraciones sobre el discurso del Presidente y destacaron que considera que “ya hablaron con claridad” los dirigentes de Juntos por el Cambio, que criticaron duramente las palabras de Alberto Fernández tras la Asamblea Legislativa (y algunos incluso mientras hablaba en el recinto de la Cámara baja, lo que llevó a Cristina Kirchner a tocarle la mano al primer mandatario para que se calmara y no les respondiera).

En el entorno del ex mandatario recordaron que la denuncia por la negociación con el FMI no es nueva: en 2018, el economista Claudio Lozano (actual director del Banco Nación) y Jonatan Baldiviezo, miembro del Observatorio del Derecho a la Ciudad, presentaron una demanda judicial contra Macri, el ex ministro de Economía Nicolás Dujovne, el ex jefe de Gabinete Marcos Peña, el ex presidente del Banco Central Guido Sandleris y otros funcionarios “por los delitos de abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público” a raíz del acuerdo con el Fondo.

Según Lozano, fue ilegal el entendimiento con el FMI porque no figuraba en el presupuesto nacional ni en ninguna ley específica y por eso, dijo en su denuncia, el gobierno de Macri había violado la Constitución Nacional.
Semanas después, el fiscal federal Jorge Di Lello (fallecido el sábado pasado) imputó en esa causa a Macri y al resto de los funcionarios incluidos en la acusación e incluso le pidió al juez que suspendiera el stand-by de 50.000 millones de dólares concedido por el Fondo. Sin embargo, el juez Julián Ercolini, en septiembre de 2018, decidió desestimar la causa por considerar que “no constituye delito alguno” el hecho por el cual se inició el expediente. En su sentencia, el magistrado destacó que no hubo irregularidades porque una ley sancionada en 1992 delegó en el Poder Ejecutivo las facultades para poder tomar préstamos con organismos internacionales.

El polémico acuerdo del gobierno de Cambiemos con el FMI tiene otra causa, abierta en mayo de 2019, que llevan adelante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Franco Picardi, quien en diciembre de 2020 imputó a Macri y otros funcionarios de su administración luego de una denuncia presentada por el ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. Si el Gobierno avanza con la nueva querella, se acumulará con el expediente iniciado.

Colaboradores de Macri deslizaron que la mejor explicación sobre la inconsistencia de la denuncia anunciada por Alberto Fernández puede encontrarse en una serie de tuits que Sandleris publicó luego de la Asamblea Legislativa: “La deuda no sale de un repollo. Cuando un gobierno aumenta su deuda es porque tiene déficit fiscal (sus gastos exceden sus ingresos) y necesita que le presten para financiarlo. Así de simple, no hay misterio”, sostiene.

“Los gobiernos que reducen el déficit fiscal van reduciendo primero la velocidad a la que se endeudan (cada año la deuda crece menos) y luego, cuando pasan a tener superávit, su deuda comienza a bajar. No hay desendeudamiento genuino sin superávit fiscal”, advirtió el ex presidente del Banco Central.

Sandleris explicó que “el gobierno de Macri recibió un déficit fiscal primario grande (-3,8% del PBI en 2015) y a partir de 2018 la fuerte corrección del déficit fiscal permitió reducir la velocidad de endeudamiento y entregar un gobierno con un presupuesto casi equilibrado (-0,4% del PBI)” y esbozó un argumento central en defensa del ex presidente: “2 de cada 3 dólares de deuda que se tomaron durante el gobierno de Macri se usaron para pagar deudas heredadas (la deuda pública al inicio del gobierno de Macri ya ascendía a USD 241 mil millones)”.

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