El expresidente del Banco Central, Martín Redrado, advirtió este sábado que será «bastante difícil que el salario le pueda ganar a la inflación», dado que «debería crecer más de un 3%» y aventuró que, tras las elecciones, «va a acelerarse el ritmo de mini devaluaciones diarias».

«Parecería ser que la estrategia hasta las elecciones es vacunas, plata en el bolsillo y dólar atrasado», consideró el economista, quien calculó que la inflación de junio se ubicará «entre un 3 y 3,2%». En ese sentido, pronosticó: «Vamos a tener una inflación artificialmente controlada por el tipo de cambio».

Según sostuvo, se trata de «un contexto en el que va a haber más pesos en el bolsillo», dado que además en julio estará la devolución del impuesto a las Ganancias, el medio aguinaldo y los primeros incrementos de paritarias.

En declaraciones radiales, el economista aseguró que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) «viene ganando en los últimos tres años y en el último período viene cayendo un 3,8%».

«Va a ser bastante difícil que el salario le pueda ganar a la inflación. Debería crecer más de un 3% mensual, que es donde se va a estabilizar la inflación», calculó Redrado.

Además, remarcó que «después de las elecciones, obviamente va a tener que ver el resultado», pero anticipó que «va a acelerarse el ritmo de mini devaluaciones diarias».

Puntualizó que también las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional van a estar vinculadas con el futuro del tipo de cambio y resaltó: «En diciembre va a haber un vencimiento importante de 1.800 millones de dólares. Eso se va a pagar con los Derechos Especiales de Giro (DEG), que esperamos que lleguen».

Así, al referirse a la asignación de fondos de 4.450 millones de dólares, adelantó que el vencimiento de septiembre con el organismo también se abonará con los DEG.

«La suerte del dólar va a estar atada a qué tan rápido hagamos un acuerdo sustentable que permita calmar la brecha cambiaria. El partido de los próximos meses es qué nivel de tolerancia tendrá, cuánto se va a ampliar», enfatizó.

En tanto, manifestó que después de las elecciones el Gobierno deberá «arreglar las distorsiones» y pronosticó «tensión financiera» por «lo que tiene que renovar de deuda en pesos, que tiene un pico importante a fines de julio y principios de agosto».

Alertó así sobre la «tensión de cuántos pesos va a haber en la economía en un momento en el que la demanda de pesos está estancada» porque «la gente no quiere tener tantos pesos en sus bolsillos».

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