Diputados de la oposición de Venezuela denunciaron el miércoles ataques de civiles armados afines al gobierno a las afueras del Congreso, lo que forzó un cambio de lugar para su sesión, en un nuevo capítulo por el control de la sede legislativa, única instancia institucional bajo dominio de opositores.

Aunque la oposición venezolana tiene la mayoría de los diputados de la Asamblea -al menos un centenar de un total de 167 miembros- el dominio de la sala de sesiones es visto como un símbolo de la lucha por el poder político de Venezuela.

El presidente Nicolás Maduro retiene el control del aparato estatal y las fuerzas armadas, mientras la oposición intenta preservar la sede legislativa y su jefatura, que ha sido la base legal para que el líder opositor Juan Guaidó se declarara presidente interino el año pasado.

«Nosotros vamos a seguir en función (…) seguiremos insistiendo», dijo Guaidó, quien agregó que los ataques del miércoles exponen al gobierno de Maduro «de manera brutal, de manera evidente como lo que son: unos dictadores».

Casi simultáneamente a las denuncias de agresiones a legisladores de la oposición, el presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, segundo hombre fuerte del gobierno, ingresó al palacio federal sin inconvenientes y encabezó una sesión en honor a los maestros, que celebran hoy su día en Venezuela, según un testigo.

La televisora estatal transmitió partes de la sesión de la Constituyente, mientras algunos de sus miembros entrevistados por el canal oficial no hicieron referencia alguna a las agresiones ocurridas a pocas cuadras del Congreso.

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