Una organización benéfica religiosa ha inaugurado la primera escuela coránica para personas transgénero en Bangladés.

«Los transexuales también son seres humanos, y también tienen derecho a la educación y a vivir una vida digna», asegura Abdur Rahman Azad, uno de los clérigos que han transformado el tercer y último piso de un edificio de Dacca, la capital de Bangladés, en una madraza o escuela coránica.

Además de leer el Corán y los principios básicos del Islam, en el lugar se impartirán clases de bengalí, inglés, matemáticas y formación profesional.

Las hijras, como se las denomina en el país asiático, sufren de manera generalizada discriminación en una sociedad marcada por el conservadurismo islámico y, a menudo, viven en la pobreza extrema.

«Tenemos un plan de abrir escuelas [para hijras] en todo el país para que nadie carezca de formación. Hemos empezado con poco más de cien estudiantes, que aprenderán cuestiones relacionadas con el Islam y también de formación profesional. Confiamos en capacitarlos para que se conviertan en empleables», ha señalado Azad a AFP.

El Gobierno calcula que hay unos 10.000 hijras en Bangladés, pero hay grupos de defensa de sus derechos que aseguran que la cifra puede alcanzar el millón y medio en un país de más de 160 millones de habitantes. A pesar de la decisión oficial, en 2013, de reconocerlos como «tercer sexo», siguen marginados en un país donde las relaciones homosexuales son ilegales y pueden acarrear hasta una cadena perpetua.

«Estoy tan entusiasmada. Esta escuela es un rayo de esperanza», asegura Sona Solani, de 30 años, una de las estudiantes de la escuela. «Siempre se nos mira por encima del hombro. No nos aceptan en ningún lado, ni en nuestra propia casa», asegura con la voz tomada por la emoción. «Quiero mostrarle a la sociedad que podemos ser iguales y demostrar que no estamos limitadas por la mendicidad, que nuestras vidas son mucho más que eso».

 

Comparte esta noticia