Con goles de Rodrygo y Vinicius, Real Madrid le ganó 2-1 a Shakhtar Donetsk en el estadio Santiago Bernabéu, afianzó su liderato en el Grupo F de la UEFA Champions League 2022-23, donde encaminó la clasificación.

El equipo de Carlo Ancelotti llegaba a la tercera fecha del certamen con dos cambios: el del brasileño Eder Militao en el centro de la defensa y el del uruguayo Federico Valverde en el centro del campo.

Tanto Militao como Valverde, titulares habituales en Real Madrid, habían recibido descanso de inicio en la última jornada de La Liga de España por el desgaste de largos viajes y dos partidos con las selecciones de Brasil y Uruguay, respectivamente.

No sumó minutos el croata Luka Modric, recién recuperado de unas molestias en la cadera.

En plena avalancha, Karim Benzema buscaba su reencuentro con el gol (no marca desde el pasado 28 de agosto con su doblete ante Espanyol), a Vinícius le impedían bajo palos su doblete y más tarde se topaba con Anatolii Trubin en una de esas que un goleador no debe perdonar. Perdonó tanto Real Madrid que, aunque pareciese increíble, la primera llegada con peligro del Shakhtar puso el partido en un puño.

La tijera libre de marca de Oleksandr Zubkov al pase desde la izquierda de Bogdan Mykhaylichenko, volvió a sacar las carencias defensivas de un Real Madrid que no logra dejar su portería a cero en ningún partido. Solamente lo lograba en la Champions League, ante Celtic y Leipzig, pero el mal liguero se extendió sin que Andriy Lunin en su debut en la competición pudiese hacer nada para evitarlo.

Y así, con un exceso de confianza, el partido pasó de tener cara de goleada a convertirse en aviso si se levantaba el pie del acelerador, como demostró David Alaba al borde del descanso, perdiendo la marca y permitiendo a Marian Shved sentirse cerca del empate.

Recuperó la actitud en la reanudación un Real Madrid que salió volcado en busca de la sentencia, constantemente en área rival, pero sin precisión en el momento de la definición. Alaba de cabeza y el enésimo disparo de Valverde fueron los intentos más claros junto a la mano firme de Trubin a Rodrygo para evitar el tanto por bajo.

El mérito del Shakhtar fue la resistencia, lograr no perder la cara al partido cuando fue atropellado y esperar su momento. Pudo ser con su estrella, Mykhailo Mudryk en una carrera que descosía a la zaga blanca y acabó con Lunin sacando como pudo un rechace.

El apagón madridista llegó siendo dueño de la posesión pero sin verticalidad, con un susto en un balón muerto en el segundo palo y ante algún intento final sin precisión del Shakhtar. El duende de Benzema no aparece, alejado de nuevo del gol pese a sus intentos, con dos claras finales cuando el palo impidió el tanto de Marco Asensio.

Lo mejor era el pitido final del colegiado para un Real Madrid que bordó el fútbol por momentos y sintió la exigencia en cuanto rebaja su intensidad.

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