Parecería la solución perfecta para entretener a los chicos durante programas pensados para adultos, como una comida en un restaurante, pero el recurso de darles una pantalla para que jueguen, sea de celular o de tablet, es nocivo para ellos y desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) lo desaconsejaron de forma rotunda.
Esas consecuencias, enumeró Caffulli, se sienten en los hábitos de sueño o en la composición física del chico: el uso extendido de los dispositivos estaría vinculado a un mayor sedentarismo, a la obesidad infantil, alteraciones visuales, contracturas musculares o tendinitis.
Por eso desde la organización plantearon que hasta los 2 años los niños no deben estar expuestos a dispositivos como celulares, tablets, televisores o cualquier otra pantalla, incluso de manera indirecta porque los adultos a su alrededor las usan.
«Lo que promovemos es que los ambientes sean libres de pantallas«, señaló Caffulli.