La crisis migratoria en el norte chileno continúa y ya suman 17 las personas que murieron en lo que va del año -cinco en octubre- intentando entrar por pasos ilegales, lo que a juicio de especialistas continuará mientras el gobierno no encare la situación desde una revisión de sus políticas migratorias y sólo se apoye en militarizar la frontera.

El caso más reciente es una venezolana de 63 años que falleció en el sector de los bofedales de Pisiga Carpa (un humedal de altura, paso fronterizo entre Bolivia y Chile) «tras presentar diversos problemas de salud», informó Yolanda Flores, directora de Salud de Colchane, región norteña de Tarapacá.

Entre las personas que murieron en lo que va de 2021 se registra una bebe de nueve meses de vida, de padres venezolanos.

Al respecto, Francisca Vargas Rivas, directora de la Clínica Jurídica de Inmigrantes y Refugiados de la Universidad Diego Portales, en diálogo con Télam, aseguró que la actual política migratoria de reforzar la frontera con policías y militares «no sirve».

Explicó que si el Gobierno quiere una «migración segura y regular», se debe «revisar las vías regulares para el ingreso (de extranjeros) y no en cuántos policías y militares tengamos en la frontera».

El principal flujo de entrada irregular de extranjeros está en Colchane, una pequeña comuna fronteriza con Bolivia donde, según las autoridades municipales, más de 200 personas ingresan a diario de manera clandestina, la mayoría venezolanos.Esta entrada de inmigrantes de manera irregular ha generado una crisis social y humanitaria en distintas comunas del norte.

Para la académica, la nueva política migratoria aplicada, que consiste en pedir visados en los diferentes consulados para poder entrar a Chile, fomenta la entrada irregular en el país por lo tardío del proceso, lo que genera un crecimiento de la crisis en el norte.

Vargas Rivas plantea que el flujo migratorio se aborde de manera regional y que «Chile llegue a acuerdos en ópticas de derechos humanos con Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia para, juntos, buscar soluciones y de base que los Estados hagan lo posible en apoyar desde su rol».

Para evitar la entrada ilegal de personas, a principios de febrero, el Gobierno anunció el «Plan Colchane», que consistió en una militarización y refuerzo policial de la zona, pero este plan ha sido catalogado como un «fracaso» por Javier García, alcalde de Colchane.

El tema migratorio tuvo su punto de mayor tensión a fines de septiembre cuando en Iquique, una ciudad costera norteña, al oeste del desierto de Atacama, se realizó una marcha anti inmigrantes con 3.000 personas en las calles que incluyó ataques verbales y físicos a un campamento de venezolanos, al cual incendiaron.Sobre ese hecho hay tres personas detenidas e imputadas, informó Carabineros de Chile.

Luego de estos acontecimientos, el Gobierno anunció un refuerzo de políticas migratorias para el norte, como el resguardo militar de la frontera y la creación de albergues para hacer una atención integral a quienes ya se encuentren en territorio chileno.

Estos centros de atención, explicó Karla Rubilar, ministra de Desarrollo Social, se instalarían trabajando en conjunto con Unicef y organizaciones de la sociedad civil.

A pesar de ello, en octubre cinco personas murieron intentando entrar a Chile por pasos no habilitados.

Sobre la escalada de tensión entre chilenos y extranjeros, Vargas Rivas comentó que el actual puede ser «un momento crucial», debido a que «el sentimiento xenófobo y racista que existe en Chile puede ir mermando en la medida que haya más educación sobre el tema».

También opinó que debe cambiar el discurso político hacia los inmigrantes de parte de las autoridades. «Tenemos un discurso criminalizador que liga migración con delincuencia y que plantea la migración como algo negativo», disparó.

En ese sentido, evaluó que si desde el Gobierno se emitiera un mensaje más conciliador, enfocado en proteger los derechos humanos de los extranjeros, se podría «disminuir el sentimiento antiinmigrante».

«Esto es tarea de la sociedad completa, pero también del Gobierno», sintetizó.

Sobre los planes de los candidatos a presidentes de Chile respecto de la inmigración, la experta dijo que «la zanja que propone (el candidato presidencial pinochetista, José) Kast no va a evitar los pasos ilegales; va a aumentar el sentimiento xenófobo».

Según su mirada, la política sobre inmigración futura dependerá del resultado de la elección presidencial de este año, dadas las diferencias que exhiben las y los distintos candidatos, desde la ultraderecha hasta la izquierda.

Chile un país con una población de 19 millones, tiene más de 1,4 millones de extranjeros residentes

En medio de esta crisis migratoria, el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, fue interpelado en la Cámara de Diputados sobre las políticas aplicadas para la frontera.»Estamos en medio del éxodo más grande del último tiempo», reconoció Delgado, y agregó: «estamos frente a una crisis humanitaria del país de origen (Venezuela) que está permeando en toda América Latina».

El ministro defendió en el recinto la nueva Ley de Migraciones, que tuvo ocho años de tramitación en el Congreso, fue aprobada en abril pero aún no fue reglamentada.

En el debate, tanto Delgado como los parlamentarios enfocaron la crisis migratoria en el alto flujo migratorio venezolano en Chile y los efectos que ha tenido en el país en los años recientes y cómo se va a articular en el futuro.

«Chile es un destino atractivo para los migrantes gracias al trabajo del presidente», aseguró Delgado.

Chile, un país con una población de 19 millones, tiene más de 1,4 millones de extranjeros residentes, según datos del Departamento de Migración y Extranjería.

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