El mal duró cincuenta años en Milwaukee, una ciudad con gran tradición cervecera en los Estados Unidos. Esta noche seguramente se destaparán varias por Wisconsin, ya que los Bucks pueden gritar campeón por segunda vez en su historia luego de volver a vencer a los Phoenix Suns 105 a 98, y cerrar la serie por 4 a 2.

Con una actuación histórica, Giannis Antetokounmpo redondeó unas finales para el recuerdo a título personal. El griego, MVP y dueño absoluto de la serie, cerró la noche de manera épica, con una planilla de 50 puntos (15/22 en dobles, 1/3 en triples, 17/19 en libres), 14 rebotes y 5 tapas en 42 minutos de acción.

Pero además de ser el factor determinante para que los Bucks alcancen la gloria, Giannis escribió su largo apellido en los libros de récords de la NBA, convirtiéndose en el primer jugador con 45 o más puntos y 10 o más rebotes en un partido de finales, desde Chamberlain en 1970. Además, es el segundo jugador en la historia en anotar al menos 50 tantos en un partido decisivo, junto a Bob Pettit (1958). Los récords continúan, aunque su legado recién parece comenzar.

En este sexto y definitivo partido la defensa del equipo de Mike Budenholzer fue otra de las razones principales para explicar la victoria decisiva. El dueño de casa estuvo muy firme en su propio aro desde el primer cuarto, donde le dejó bien en claro a los Suns que la noche no iba a ser nada fácil: Le permitieron apenas un 29.2% de cancha.

El partido no comenzó a definirse en el primer cuarto porque adelante los Bucks no estaban finos (11/23) y perdieron muchos balones (6). Además, Phoenix comenzó a jugar en el segundo chico, en el que invirtieron la tónica vista durante los primeros doce minutos de acción.

Con un parcial de 10-0, los de Monty Williams recuperaron el pulso y regresaron al juego (26-29). Apareció la figura de Chris Paul (10), como así también la de Payne desde el banco, autor de 5 puntos, ante la apagada presencia tanto de Kevin Booker y DeAndre Ayton, quienes tiraron 4/17 combinados durante la primera mitad.

El escolta, gran figura de los Suns en estos playoff, estuvo muy bien custodiado por los Bucks durante toda la noche, y cerró su planilla solo con 19 tantos y 8 de 22 de cancha. Por su parte, Ayton también tuvo una actuación deslucid; fue autor de 12 tantos, tirando 4/12.

Durante el complemento las ofensivas tuvieron mayor preponderancia que en el primer tiempo. Otra vez con Giannis al mando (tuvo un segundo cuarto más discreto), Milwaukee comenzó mejor. Con un parcial de 16-3 – y 10 puntos de su estrella – los Bucks volvieron a estar al frente en el marcador por 58-55. Bobby Portis tuvo un ingreso clave, y terminó siendo muy importante con una planilla de 16 puntos y 6/10 de cancha.

Por su parte, Khris Middleton sumó 17 puntos, al tiempo que Jrue Holiday estuvo errático pero aportó en varios aspectos del juego: 12 tantos, 11 asistencias, 9 rebotes y 4 recuperos en 46 minutos.

Por el lado de los Suns, no fueron suficientes los 25 puntos de Paul, tampoco los 15 y 13 rebotes de Jae Crowder, ni los 10 de Cameron Payne. Los del Valle del Sol terminaron el partido con un pobre 24% en triples (6/25), y se quedaron con las ganas de conseguir el primer anillo en la historia de la franquicia.

Durante el último cuarto, cuando la tensión crecía, Antetokounmpo se agrandó y terminó de adueñarse de las acciones al anotar 13 puntos más, de los 33 que sumó durante el segundo tiempo. De esta manera, llegó a ser el jugador extranjero con más puntos en unas finales de NBA.

La atípica temporada 2020/2021 llegó a si fin. Los Milwaukee Bucks volvieron a salir campeones luego de cincuenta años. El dos veces MVP de la fase regular, y también jugador defensivo del año, ahora en sus vitrinas tendrá que hacer lugar para el premio al jugador más valioso de las finales y también para el Larry O’Brien. Es tiempo de destapar una cerveza.

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