Un mes antes de su muerte -exactamente el 18 de junio del 2011-, la intérprete de “Back to Black” había actuado en Belgrado, Serbia. Ese día se presentó con vestido negro con estampado de bambú, diseñado por Naomi Parry.

Esa noche, Amy había dado uno de los peores shows de su carrera y tuvo como consecuencia una serie de burlas y abucheos. Pero lo que no sabían los fanáticos era que ese iba a ser el último día en el que iban a ver a la cantante arriba de un escenario.

El 23 de julio del mismo año, la intérprete fue encontrada sin vida a sus 27 años en su departamento en Camden, Londres. Tras una ardua investigación para hallar la causa de su fallecimiento, unos meses después (el 25 de octubre), anunciaron que “la muerte repentina fue la consecuencia no intencionada” de la gran ingesta de alcohol por parte de Amy.

Le encontraron 416 mg de alcohol por decilitro de sangre (416 mg/dl), cuando 350 mg/dl es considerado un nivel fatal. Asimismo, el examen había dado que sus órganos vitales se encontraban en buen estado, pero que, como había una gran cantidad de alcohol en su sistema, su respiración podría haberse detenido y habría terminado en un coma.

Su última presentación fue una imagen que recorrió el mundo y estuvo en todas las noticias. Tras esto, diez años después de su muerte, el director general de la casa de subastas Julien’s Auctions -Darren Julien- hizo una venta pública en Beverly Hills (California) sobre algunos de los objetos más icónicos de la artista que fueron proporcionados por sus padres.

La subasta se realizó el 6 y 7 de noviembre, y se expusieron 800 artículos. Dentro de ellos, la compra más esperada fue la del vestido con estampado de bambú, el cual se vendió a 243.200 dólares; según Julien, se vendió por un precio 16 veces más alto que su valor estimado (15.000 dólares).

Esta prenda fue descrita como “un minivestido halter que abraza la figura a medida, diseñado por la diseñadora y estilista de Winehouse, Naomi Parry, que tiene un estampado de bambú y flores sobre seda incorporado en un vestido de Spanx”.

El segundo objeto más valioso fue un bolso rojo en forma de corazón, hecho a medida, de Moschino; el costo fue de 204.800 dólares (13 veces más que su valor inicial). Este accesorio lo utilizó Amy en los Brit Awards de 2007, donde obtuvo el premio a Mejor Artista Femenina.

Otros elementos que se destacaron en la venta fueron un vestido floral dorado de Dolce & Gabbana; un mono marrón y negro de Temperley London y unos zapatos de Christian Louboutin.

Lo recaudado en el evento, que contó con la participación de fanáticos y coleccionistas, será destinado a la Fundación Amy Winehouse. Creada por los padres de la cantante tras haber contado en 2012 que querían “sacar el mejor partido de la pérdida de su hija”, en ella, concientizan y apoyan a jóvenes y adultos a tratar sus problemas de adicción.

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