A pocas semanas de dejar la Casa Blanca, Donald Trump ha aprobado una directiva que impulsa el uso de energía nuclear en el espacio, para asegurar la presencia en la Luna y enviar astronautas a Marte. La NASA se fija como prioridad al amparo de esta nueva norma la instalación de un reactor nuclear para dotar de energía a su programa de exploración en ciernes.

La Estrategia Nacional para la Propulsión y la Energía Nuclear Espacial (SNPP), firmada por Trump como Space Policy Directive-6 (SPD-6) este 16 de diciembre establece metas, principios y una hoja de ruta de apoyo de alto nivel que demuestran el compromiso de Estados Unidos de utilizar los sistemas de propulsión y generación de energía nuclear en el espacio y otros mundos «de forma segura, eficaz y responsable».

Los sistemas nucleares espaciales impulsan naves espaciales para misiones donde las fuentes de energía alternativas son inadecuadas, como los entornos que son demasiado oscuros para la energía solar o demasiado lejos para transportar cantidades suficientes de combustibles químicos. Los sistemas nucleares espaciales incluyen sistemas de energía de radioisótopos y reactores nucleares utilizados para generar energía, calefacción o propulsión.

La agencia espacial también está avanzando en las capacidades de propulsión nuclear térmica y eléctrica nuclear. La propulsión nuclear puede permitir una sólida exploración humana más allá de la Luna. Para misiones tripuladas al Planeta Rojo, un sistema de propulsión química tradicional requeriría una masa propelente prohibitivamente alta, según la NASA.

Comparte esta noticia