Un argentino fue uno de los 2.020 voluntarios elegidos para probar la vacuna contra el coronavirus fabricada por la Universidad de Oxford y la empresa farmacéutica AstraZeneca.

Pablo Berra reside en Sudáfrica y tras una serie de análisis durante dos semanas para detectar enfermedades previas, fue una de las personas de dicho país en aplicarse la vacuna el día lunes.

Según contó, decidió inscribirse como voluntario “por miedo” debido a la cantidad de casos de coronavirus en Sudáfrica aunque aclaró que continúan en la búsqueda de personas dispuestas a aplicarse la nueva muestra denominada AZD122.

“No pagan, ser voluntario es totalmente gratuito”, aclaró en diálogo con C5N. La vacuna se le fue suministrada en el brazo de la mano no dominante y, según informó, a la mitad de los voluntarios les suministraron placebo, aunque no fueron informados a quienes.

Aunque, “si fuera aprobada la vacuna, el laboratorio se comunicaría con quienes recibieron el placebo para suministrarles la vacuna verdadera”, aclaró e indicó que, hasta el momento, no presentó ningún tipo de síntomas producto de la aplicación –como puede ser una febrícula, dolor en el sitio de la inyección, dolor muscular o cefalea por 24 horas -.

“Todas las semanas tengo que ir al laboratorio para saber si estoy desarrollando los anticuerpos, aunque no sepa si me aplicaron la vacuna. La inyección en ambos casos tiene el mismo color. El seguimiento es por 12 meses”, indicó.

Con respecto al experimento en Sudáfrica y sus razones por aplicarse la vacuna, el argentino expresó su preocupación por la cantidad de personas infectadas en Sudáfrica: «Tengo varios vecinos con coronavirus, los empleados de la farmacia y del supermercado también. Estamos rodeados, por eso la necesidad de estar protegidos».

«En Sudáfrica no hubo cuarentena estricta, en mi pueblo jamás cerraron los negocios, sí hubo cierre de escuelas porque en Ciudad del Cabo hubo más de mil chicos contagiados. Pasamos de una fase a otra. El problema fue ese: que no hubo una cuarentena estricta y la gente tuvo que salir a trabajar. Ahora se puede hacer las compras, nunca hubo distanciamiento social, sí se debe usar barbijo», contó sobre la situación en ese país.

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