Entre gritos desesperados y sirenas de ambulancias, potentes llamas consumieron al Instituto Nacional de Migración (INM) de la Ciudad Juárez, una ciudad al norte de México, en la frontera con Estados Unidos. El incendio se llevó la vida de al menos 39 personas que llegaban desde Centro y Sudamérica buscando reconstruir su vida. En el centro estaban alojadas 68 personas adultas en total.

Además de los trágicos fallecimientos, 29 personas sufrieron heridas graves por las que fueron trasladadas a hospitales de la localidad. Luego del hecho se informó inmediatamente a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para que «intervenga en las diligencias de ley y de salvaguarda de las personas extranjeras».

La mayor cantidad de migrantes venían en Venezuela y se alojaban en este lugar situado en el puente Internacional Stanton-Lerdo, que establece las conexiones entre la Ciudad Juárez y la ciudad texana de El Paso (EEUU), por la que entran miles de inmigrantes todos los días. Todavía no se sabe qué pudo haber provocado el fuego, pero hay testigos que plantearon en medios locales que el incendio empezó en el área donde estaban alojados los hombres y algunos de ellos quedaron capturados por las llamas.

«Ante los hechos, se estableció comunicación y coordinación con autoridades consulares de diferentes países para implementar las acciones que permitan la identificación plena» de las víctimas, informó el INM. Además, planteó su «disposición para coadyuvar en las investigaciones de ley, a fin de que se esclarezcan estos hechos lamentables».

La autoridad migratoria del país se comprometió a hacer un seguimiento de la evolución del estado de salud de los hospitalizados y a dar apoyo a los familiares de los afectados. Por otra parte, agentes del instituto habían realizado un operativo para sacar de las calles a migrantes que pedían limosna antes del incidente.

 

Comparte esta noticia