Con un gol de Juan Martín Lucero en el tercer minuto de descuento, Vélez Sarsfield venció 3-1 a la Universidad Católica en el estadio San Carlos de Apoquindo de Santiago de Chile y se clasificó a las semifinales de la Copa Sudamericana (en el encuentro de ida en Liniers había perdido 1-2). Cristian Tarragona de penal y un golazo de Luca Orellano anotaron los restantes goles de la visita, mientras que Luciano Aued hizo lo propio, de penal, para el local. De esta manera, el Fortín enfrentará en la siguiente instancia al vencedor de la llave entre Lanús e Independiente (empataron 0-0 en la ida y volverán a cruzarse el jueves en Avellaneda). El equipo de Liniers llegó a semifinales de la Sudamericana en 2005, cuando perdió ante Pumas, de México, y volvió a lograrlo en 2011 frente a la Liga Deportiva Universitaria de Quito de Ecuador, pero volvió a quedar eliminado.

El enfrentamiento entre los dos exentrenadores de Independiente, Mauricio Pellegrino y Ariel Holan (en ese orden cronológico dirigieron al equipo de Avellaneda), tuvo partituras diferentes porque ambos “directores de orquesta” cuentan con estilos distintos. Pero también ambos estuvieron condicionados por las necesidades originadas en el partido de ida que los chilenos ganaron la semana pasada por 2 a 1 en Liniers, y que de movida no más forzaba a los argentinos a convertir dos goles para seguir manteniéndose con aspiraciones de pasar a semifinales.

Con ese objetivo Vélez tuvo que apelar a la verticalidad de un 4-3-2-1 que obligaba a un juego directo en pos de reducir esa distancia lo antes posible. Y la fortuna le empezó sonriendo al Fortín porque antes de los 20 minutos ya había marcado el primero de los dos goles que necesitaba mediante un tiro penal bien ejecutado y convertido por Cristian Tarragona. Este acicate impulsó al cuadro argentino a ir por más, aunque ese ataque constante y su intensidad iban a tener un parate obligado por la falta de energías que solían acosar a los futbolistas visitantes por algunos momentos.

Y esto fue aprovechado por el local para bajarle los decibeles al ritmo de juego que imprimía el conjunto argentino, para evitar que esa ansiada segunda conquista llegara antes de lo imaginado. Y los esfuerzos de ese tipo parecieron darles los mejores resultados a los locales en la segunda etapa, sobre todo cuando promediando la misma llegó la igualdad a través de otro tiro penal bien ejecutado por el ex Racing Club y Gimnasia y Esgrima La Plata, Luciano Aued. Claro que un tanto más todavía alimentaba las ilusiones velezanas para, al menos, llegar a los tiros penales, y esa ansiada conquista arribó apenas cinco minutos después por un golazo de zurda del pibe recién ingreado en reemplazo de Agustín Bouzat, Luca Orellano desde afuera del área.

Y otra vez como en el primer tiempo con aquel gol de penal de Tarragona, los dirigidos por Pellegrino se lanzaron furiosamente en busca del tercer y clasificatorio tanto que parecía que no iba a llegar porque ya iban cuatro minutos de descuento de los seis que había otorgado el árbitro Leodán González y estaba “el pescado sin vender”. Pero en ese instante otro ingresado que tiene buena pegada de zurda como Ricardo Álvarez lanzó un preciso tiro libre al medio del área chilena para que la cabeza de Juan Martín Lucero, que también había entrado en la segunda etapa por Ricardo Centurión, desviara la trayectoria hacia el fondo de la red del arco defendido por el arquero argentino Matías Dituro, y construyendo así la clasificación a semifinales de la Copa Sudamericana.

La celebración muy especial de los jugadores visitantes incluyó al propio entrenador, que saltó sobre sus dirigidos dos minutos más tarde, cuando el final decretado por González depositó a Vélez en unas semifinales que parecían lejanas después del cotejo de ida, pero que ahora jugará contra Lanús o, paradójicamente para Pellegrino, ante Independiente.

Comparte esta noticia