El antropólogo, docente e investigador escribió "Desquiciados", un libro acerca de los cambios que impulsa el Gobierno y su plan para mantener a la sociedad en un estado de estrés y/o ansiedad que impide reflexionar.
La 14º Feria Provincial del Libro contó con la participación de numerosos autores de obras que los santiagueños consumen y atesoran. Así se propicia el encuentro entre escritores y lectores que tienen mucho por hablar.
Uno de los invitados de esta edición fue el Dr. en Antropología, docente e investigador, Alejandro Grimson, quien presentó su nuevo libro “Desquiciados, los vertiginosos cambios que impulsa la extrema derecha”. Su epílogo se centra en un objetivo del Gobierno que es correr el foco de lo importante.
“El plan de desquicio, plan de estrés, plan de generar una agenda irrelevante para distraer a la gente de los grandes problemas reales del país, de la Argentina, de la sociedad”, planteaba en diálogo con LA COLUMNA. Asentándose en estudios previos sobre los movimientos de la ultraderecha, habla de “ingenieros del caos” y el “desquicio”. Parafraseando a uno de los principales asesores de Donald Trump, se entiende a estos expertos como capaces de “producir relaciones entre las dinámicas de la subjetividad, las agendas públicas y las redes sociales para inundar la esfera pública de basura”.
La obra de Grimson analiza si el ascenso de Javier Milei y la Libertad Avanza supone o no “riesgos para la democracia”, cuáles son y “hasta qué punto se debilitó o quedó herido el pacto del ‘Nunca más’”, como acuerdo de convivencia, de no violencia, de pluralismo.
El escritor reflexiona también “hasta qué punto la democracia tiene que poder responder a las cuestiones sustantivas de la economía y de las necesidades sociales para realmente tener una legitimidad social que entró en crisis antes y que también es una explicación del ascenso de las fuerzas del extrema derecha”.
Sobre estos riesgos, Grimson pone en consideración la legitimidad del Gobierno. “El hecho de que una fuerza política gane las elecciones implica que tiene un origen democrático, pero después tiene que ejercer el poder de manera democrática. Es decir, no insultar a los que piensan distinto, no vetar todas las leyes que vota el Parlamento, no legislar por decreto de necesidad y urgencia cuando no hay necesidad ni urgencia”, señala.
La advertencia es clara. “Es un proceso complejo y hoy hay desafíos para la democracia. El peligro mayor es que si la economía, como muchos creemos, no llega a lograr los resultados que se están anunciando con mucha pomposidad, como si fueran extraordinarios y la Argentina fuera a pasar a ser un país rico donde todos viviremos maravillosamente bien, si eso no llegara a ocurrir y llegara a entrar en crisis algún aspecto de la economía, es posible que se incrementen rasgos autoritarios del gobierno actual”.
Para Grimson, “lo que necesitamos es una ciudadanía comprometida con algo que ha marcado quizás una de las mejores cosas de la historia argentina reciente, que es vivir en un país pacífico sin proscripciones, sin persecución política, sin asesinatos sistemáticos por parte del Estado y con garantías básicas para poder expresar las ideas y la libertad de expresión. Creo que eso es un compromiso que tienen que asumir todas las fuerzas políticas y también todas las ciudadanías”.