22 de octubre, 2024
Actualidad

Con grandes beneficios, no sólo económicos, también para el medio ambiente, la producción y utilización de algodón ecológico va sumando adeptos. Tal el caso de una santiagueña que realiza prendas íntimas con este producto.

El algodón orgánico fue visto por muchas familias campesinas como una oportunidad en zona del Gran chaco Salteño. Esa opción también implica a Santiago del Estero como zonas de producción y utilización. 
En parcelas pequeñas de entre un cuarto y media hectárea se realiza el cultivo de algodón agroecológico que implica recuperar la escala humana y la ausencia total de químicos. Es decir, la generación de una comercialización de textiles hechos sin venenos. 
Cabe recalcar que la industria textil es de las más contaminantes en todo el mundo, y que desde un tiempo para aquí se busca minimizar este impacto. Desde el cambio de producción hasta el consumo.  
En Santiago del Estero, una profesora de matemáticas hace seis años que incita a este cambio estrategia para el consumo responsable y práctica de la sustentabilidad a través de una manera distinta de elaboración. 
Ella es Agustina Egea, que, aunque la ciencia exacta de los números es su sustento, las diferentes formas de arte es su proyecto pasional y responsable a seguir
El algodón orgánico se cultiva con métodos sostenibles, basados en técnicas como la rotación de cultivos y el compostaje. Además, estos métodos huyen del uso de productos químicos agresivos y de semillas modificadas genéticamente. Esto permite que la tierra se regenere de forma natural, se mantenga sana y pueda sostener cultivos de algodón y otros productos a lo largo de los años.
Los cultivos de algodón convencional, sin embargo, hacen un uso muy intensivo del terreno y de recursos como el agua. Esto, sumado al uso de productos para producir la mayor cantidad de algodón en el menor tiempo posible, pueden llegar a degradar los terrenos, dejando a muchos agricultores sin la posibilidad de plantar otros cultivos
.Según la ONU, Organización de las Naciones Unidas, el sector textil es el responsable del 10% de las emisiones de carbono del planeta. Es decir, “más que todos los vuelos internacionales y buques marítidón orgánico —que, por lo general, se produce sin sustancias químicas sintéticas, como fertilizantes y pesticidas— es otro mundo completamente diferente
Según un informe de Textiles Exchange de 2017, manifiesta que el algodón orgánico emplea un 9 % menos de agua “azul” (de acuíferos y masas de agua en superficie, como lagos y ríos) que el algodón convencional. Además, en el informe publicado en la revista especializada en moda Vogue, el algodón orgánico no implica que el cultivo sea transgénico, que, por lo general, suele requerir más agua; a su vez, al trabajar sobre un suelo sin pesticidas, el proceso ahorra agua.
El producto final es un algodón purísimo, jamás rozado por agrotóxicos ni por tinturas. Prácticamente un sueño hecho realidad para muchas personas que conciben el mundo de diferente manera. En charla con La Columna, justamente Agustina habla sobre está oportunidad que tiene de llevar adelante esta forma de pensar en prendas únicas.

¿Cómo surgió la idea de utilizar “algodón orgánico” para realizar tus prendas?
La idea surge luego de ver un artículo sobre una comunidad del Chaco que producían algodón orgánico dentro de una comunidad. Todo el concepto holístico de la siembra, la cosecha, de manera agroecológica me atrajo. A partir de allí comencé con este proyecto que me tiene muy inspirada.

¿De qué se trata específicamente lo que realizas?
Se trata de una línea de pijamas o ropa de entrecasa. Es un emprendimiento muy pequeño, que consta de una profesora de costura, me ayudó con la moldería, y mi hermana con la costura. Todo lo realizado por el momento lo comercializamos a través de las redes sociales. 

¿Cuál es la diferencia en las prendas de algodón orgánico?
La principal diferencia, es la forma de obtención de la tela, como te comentaba es de manera sostenible, y el tipo de tela que brinda es realmente diferente. Por lo general los pijamas, que son los productos que realizo especialmente, se encuentran en el mercado hechos de poliéster, nylon, poliamida (formas de plástico).  

¿Qué expectativas tienes al respecto del proyecto?
Lo que más me gustaría es que la gente sea más consciente de cómo están compuestas las telas de las prendas que suele comprar. Apoyar la moda circular, o reciclar una prenda de una muy buena tela, como seda o lino. Hay más propuestas ahora sobre esta “prendas de segunda mano”, lo cual me encanta. Yo lo hago hace casi 6 años.

¿Te ha llevado mucho tiempo o dificultades poder trabajar con el algodón orgánico?
Tener un capital mínimo para la compra de la tela me llevó unos meses. Luego, sí, también lleva su tiempo tener un pijama listo. Pero encaminada a crear consciencia sobre el consumo, muchas veces se compra más de lo que se necesita. Y por lo general detrás de ese bajo costo de venta, hay una prenda o artículo de plástico. Me encantaría que se conozca más está propuesta, y luego seguir ofreciendo o creando propuestas para la fomentar la sustentabilidad.

Para contactar a Agustina y sus productos de algodón orgánico, en redes aparece como “Amanda Lop”, lugar desde dónde realiza la venta de diferentes propuestas, tanto las realizadas con este tipo de material cómo así, la promoción de “ropa circular”.

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