23 de enero, 2025
Actualidad

El extinto Ricardo Fort tendría un hermano oculto en Santiago del Estero a quien buscó antes de morir. La noticia corrió como reguero de pólvora en todos medios nacionales dedicados a la farándula en marzo pasado. Sin embargo, el contenido de la información era absolutamente falso. Los periodistas de espectáculo habían caído en la trampa de la desinformación tendida trece años antes. La búsqueda del supuesto hermano de Fort había sido, en 2009, una de las bromas que por entonces acostumbraba publicar el principal diario de la provincia cada 28 de diciembre, Día de los Inocentes.
En aquel momento y en Santiago del Estero, donde todos conocían la costumbre de inventar noticias con intención de hacer reír a sus lectores, nadie creyó que se tratara de algo cierto. Más de una década después, sin embargo, la información publicada sin aludir a su contenido ficticio, generó desinformación. Según el informe “Noticias falsas. Es complicado”, realizado por Claire Wardle para First Draft, tales noticias forman parte de la “Sátira o parodia”, uno de los tipos de contenidos problemáticos en el ecosistema de información que “no tiene intención de causar daño, pero tiene el potencial de engañar”.
Pero más allá de aquellos estos casos puntuales, la desinformación derivada de noticias falsas  es real en Santiago del Estero. Los casos abundan y nada tienen que ver con las bromas o situaciones risueñas; al contrario, afectan a personas reales y provocan consecuencias más reales aún.

COBRO DE VACUNAS COVID
En junio de 2021 circuló en las redes sociales de la provincia un video con el testimonio de una mujer que aseguraba que le habían cobrado la vacuna contra el COVID en la factura del servicio eléctrico. La noticia fue difundida a través de una radio catamarqueña y pronto se viralizó. Habría alcanzado a través de Twitter más de dos mil retuits y cerca de tres mil “Me gusta”. En YouTube, tuvo más de novecientas reproducciones y en Whatsapp se multiplicó hasta el hartazgo.
La información tuvo ribetes que van desde la incredulidad absoluta hasta la negación total, pasando por la rabia, la bronca, la desesperación. Un cúmulo de sentimientos exasperaron a la población santiagueña que no terminaba de asimilar que deberían abonar la vacuna que, con bombos y platillos, se anunciaba como gratuita.
La empresa distribuidora de energía y el mismo gobernador de la provincia tuvieron que salir a desmentir los hechos. Las boletas donde aparecía ese supuesto cobro adicional pertenecían a personas que habían realizado un plan de refinanciación de deudas, a raíz de contar con seis facturas impagas durante la pandemia.
Teniendo en cuenta la tipología de Claire Wardle, esta fake news se enmarca como “contenido engañoso” pues contiene “uso engañoso de información para incriminar a algo o alguien”.

LA MUERTE DE UNA NIÑA
En octubre de 2021, en la semana en que comenzaba la vacunación de menores de once años en establecimientos educativos, se viralizaron capturas de pantalla y un audio que aseguraban que una niña santiagueña de seis años había fallecido luego de que le colocaran la vacuna contra el COVID en una escuela de La Banda, la segunda ciudad en importancia de Santiago del Estero. 
Mientras en las redes sociales la noticia generaba estupor, la desesperación se multiplicó entre los padres. Una especie de paranoia colectiva se apoderó de la provincia y una gran cantidad de niños que debían ser vacunados los días posteriores a la difusión de esa noticia faltaron al colegio. 
Fue otro caso de noticia falsa. La pequeña que aparecía en las fotos había recibido su dosis en Buenos Aires. La fotografía se la había tomado su madre quien la subió a su perfil de Whatsapp sin imaginar que sería utilizada para difundir una noticia que no había sido tal. 
Para Claire Wardle esta noticia falsa se podría englobar en dos categorías diferentes. Por un lado, como “contenido fabricado”, pues es “100% falso, diseñado para engañar y dañar. Por el otro, como “contenido manipulado”, ya que “manipula información o imágenes genuinas para engañar”.

El fenómeno de la desinformación pega con fuerza y cada vez con más frecuencia a la sociedad santiagueña.  En este contexto, el rol de los periodistas es fundamental, lo cual quedó en evidencia en la investigación realizada por el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) con el financiamiento de la Unión Europea. La investigación evidenció que ocho de cada diez personas consideran más creíbles las noticias publicadas a través de medios periodísticos sobre las difundidas a través de las redes sociales.
Las noticias falsas se multiplican en todos los ámbitos, los periodistas tenemos la obligación de no hacernos eco de la divulgación de contenidos que no son ciertos. No debemos aceptar como verdadera tal o cual información sin antes revisarla y corroborar su veracidad. De igual modo, tampoco debemos compartir publicaciones, imágenes o ideas sin verificarlas previamente. Es hora de asumir la responsabilidad por las noticias que brindamos. 

(Artículo publicado en “Desinformación: casos recientes”, un libro publicado por FOPEA en diciembre de 2022, por Marcela Arce, periodista de la revista La Columna)

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