23 de noviembre, 2024
Actualidad

Licenciada Raquel Carranza

Un informe de UNICEF reveló que Argentina se encuentra entre los cinco países de América Latina con los niveles más altos de sobrepeso en niños menores de cinco años” 

“Se subestima la alimentación, tomándola como un hábito normal u ordinario. Desde el hecho de que nacemos y comenzamos a alimentarnos instintivamente, voluntariamente, se pierde y no tenemos conciencia de la importancia de la buena alimentación. Ahora debemos fomentar lo del
etiquetado en los productos, por el cual nos podemos informar mejor que estamos consumiendo. Seleccionar con conocimiento lo que ingerimos. Falta eso, conocimiento, de que es por ejemplo una grasa trans y que no lo es, los azúcares, entre otras. Debemos implantar políticas en información y en educación alimentaria.

Una población educada podrá elegir mejor sus alimentos”, afirma la especialista en nutrición a La Columna, Licenciada Raquel Carranza. Según el informe de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), en la región latinoamericana, 24 países presentan cifras de sobrepeso en niños menores de cinco años por encima del promedio mundial del 5,6%, y 14 países tienen cifras de sobrepeso que superan el promedio regional del 8,6%. Argentina se encuentra entre estos últimos.

Debemos implantar políticas en información y en educación alimentaria. Una población educada podrá elegir mejor sus alimentos

En Argentina, Bahamas, Chile y México tienen las cifras más altas de sobrepeso y obesidad en niños, niñas y adolescentes de 5 a 19 años. Respecto a ello, la profesional diferencia entre los conceptos y expresa “cuando superamos el índice de masa corporal del 25%, hablamos de sobrepeso. Si tiene un exceso de peso del 30%, es obesidad grado uno. Si es del 35%, es grado dos, y más el 40% es obesidad mórbida o grave. En cualquiera de los casos ya es considerada una enfermedad, porque en esos estados existen alteraciones metabólicas en el organismo”.

En Argentina, el 36,5% de los varones y el 31,8% de las chicas de 5 a 19 años tienen sobrepeso, mientras que el 20,7% de los niños y adolescentes, y el 12,9% de las niñas y adolescentes sufren obesidad. En promedio, el 16,9% de los niños, niñas y adolescentes en Argentina son obesos, siendo el segundo país con mayor prevalencia después de Bahamas en este grupo demográfico.

Ante la realidad, el informe también advierte que los niños y niñas que padecen sobrepeso u obesidad enfrentan un mayor riesgo de mantener esas condiciones en la adultez, así como de desarrollar enfermedades no transmisibles como diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y ciertos tipos de cáncer. Además, tienen una esperanza de vida más reducida.

“El sobrepeso y obesidad desarrollan otras patologías, cómo el síndrome metabólico, insulinorresistencia, esteatosis hepática, hipertensión arterial. Ese estado hace que se desarrolle menor inmunidad, porque el cuerpo está resistiendo esa situación. Ese estado hace que se desarrolle menor inmunidad, porque el cuerpo está resistiendo”, manifiesta Raquel y desde su experiencia clínica sostiene que “la gente no lo reconoce como una patología. Se asocia a la obesidad o sobrepeso a un estado relacionado a lo estético. No tiene conciencia de que es una enfermedad que lo lleva a desarrollar otras patologías. 

Si lo tomaran verdaderamente como una enfermedad, concurrirán a un tratamiento más rápido. Sin embargo, hay muchas personas que no lo consideran. Llega al consultorio cuando su médico clínico le dice que está en un estado de prediabetes, cuando su La presión arterial hizo un cuadro muy agudo y tuvo que ser internado. Si no hay síntomas no hace la consulta.

Falta entonces conciencia, teniendo en cuenta que también es una pandemia. En el mundo entero aumentaron los casos en todos los grupos etarios, tanto en niños, como adolescentes, adultos jóvenes y mayores. Lo que más preocupa es la obesidad en los niños, que son nuestro futuro. Por ello se están estableciendo muchas políticas de estado, para poder controlar el consumo alimentario y dar información sobre la calidad de los alimentos
sobre todo en el contenido de grasas saturadas, y de hidratos de carbonos refinados que son los que más consumimos y producen las alteraciones metabólicas más frecuentes”.

Causas y prevención Los entornos alimentarios en los que viven millones de niños y niñas de los estratos más pobres y vulnerables, representan una amenaza creciente para su salud y bienestar. Muchos de ellos consumen, afirma Unicef, una gran cantidad de alimentos no saludables, como comestibles ultraprocesados, con poco acceso a agua segura para su consumo y con barreras para la práctica de actividad física, Para la Licenciada, también son importantes los hábitos. “Es como la famosa frase, “no es obeso quien quiere, sino quien puede. Hay gente que no tiene predisposición genética, aunque lo desarrolla igual, justamente por sus malos hábitos.

De nuestra mala elección alimentaria. En esta época los nutrientes críticos podrían ser la proteína magra, la vitamina D, vitamina C, los que actúan como antioxidantes -que mejoran nuestra inmunidad-, verduras, frutas, cortes magros. Y no solamente pastas, arroz, o todo tipo de harina.

Estos solo proporcionan hidratos de carbonos, que no son malos, pero no deben ser los únicos. Debemos hacer variada la alimentación para tener una riqueza en todos los grupos alimentarios, y no hacer exclusividad en esos tipos de alimentos. Así tendremos un sistema inmunitario menos debilitado, masa muscular magra, huesos fuertes.

Por la situación misma estamos en un estado emocional débil que aminora nuestro sistema inmunitario, por eso es importante una buena alimentación para reforzarlo”, concluye Carranza, en tanto el organismo internacional indica que la prevención del exceso de peso en la población infantil, donde la nutrición adecuada es un asunto de derechos, nos concierne a todos, tanto a las madres, padres y cuidadores, como a los gobiernos, a la sociedad civil, al sector privado, a la academia y a los medios de comunicación.

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