21 de febrero, 2025
Actualidad

Desde 2004 hasta la actualidad, el juez federal fue denunciado 34 veces ante el Consejo de la Magistratura, siendo el tercero de Comodoro Py que más denuncias recibió.

El 15 de abril de 2024, el Poder Ejecutivo propuso a Ariel Lijo y a Manuel García-Mansilla para ocupar dos vacantes en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En ese entonces, se llevaron a cabo las audiencias públicas, pero el Senado no trató en pleno ninguna de las dos candidaturas. En enero de este año, el Presidente incluyó ambos pliegos en el temario de sesiones extraordinarias.

El miércoles 12 de febrero se publicó el dictamen de la Comisión de Acuerdos que aprueba la candidatura de Ariel Lijo, y ahora el Senado discutirá su designación. De ser aceptado, el juez actualmente a cargo del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4, podría ser magistrado de la Corte Suprema por los próximos 20 años. Este hecho nos preocupa.

Quienes conforman la Corte deben cumplir con los requisitos de idoneidad técnica, independencia y compromiso con los valores democráticos y los derechos humanos, requisitos que el juez Lijo no satisface. Desde que se conoció su postulación,  la Asociación Civil por la Justicia y la Igualdad analizó en detalle su trayectoria, expresó las razones por las cuales considera que no debería ser designado. Además, presentó una impugnación formal a su candidatura.

A continuación, cinco razones por las que el Senado no debe aceptar su nombramiento.

Pese a sus 30 años de ejercicio, no cuenta con una trayectoria académica y profesional ni con un reconocimiento en la comunidad del derecho a la altura del cargo que se pretende cubrir. Ariel Lijo no es un jurista de renombre en Argentina

  1. Es de los jueces penales que menos eficiencia demostró en causas de corrupción. Ejemplo de ello son las inadmisibles dilaciones en las que incurrió. Según datos del CIJ actualizados a abril de 2024, tiene 13 causas en instrucción hace más de una década, 3 de ellas hace 17, 18 y 26 años y fue de los que menos casos elevó a juicio oral (15,7% del total).
  2. No inspira confianza en la ciudadanía, lo que es esencial para la credibilidad y legitimidad del sistema de justicia. Ello, porque pesan sobre él múltiples denuncias por mal desempeño y presuntos delitos en el ejercicio de sus funciones. Desde 2004 hasta la actualidad, fue denunciado 34 veces ante el Consejo de la Magistratura, siendo el tercer juez de Comodoro Py que más denuncias recibió. Si bien no fue sancionado, las acusaciones realizadas no concluyeron mediante procedimientos públicos y transparentes que permitieran concluir que estaban infundadas. De hecho, varios de los expedientes se cerraron sin siquiera haber ordenado medidas de prueba. También fue denunciado penalmente por asociación ilícita, lavado de activos y soborno.
  3. Existen sospechas sobre sus vínculos con el poder, a partir de la extensa duración de la investigación de casos de corrupción que involucran a funcionarios públicos y empresarios y la falta de sanciones penales en el marco de esos expedientes.
  4. Su desempeño en la audiencia pública ante el Senado fue inadecuado. Lijo omitió responder preguntas sobre temas jurídicos de gran relevancia. El Senado no debería avanzar en su designación sin conocer su visión sobre ellos. Además, encontramos que varias de sus afirmaciones en la audiencia pública por su candidatura eran dudosas, contradictorias e incluso falsas.
  5. Además, de efectivizarse su designación, se consolidaría la desigualdad en el acceso de mujeres al tribunal, en violación de las obligaciones que asumió Argentina en materia de género. La Corte quedaría compuesta por 4 varones.

Desde ACIJ reafirmamos que Ariel Lijo no es un candidato idóneo para ocupar el cargo de juez de la Corte Suprema, y le solicitamos a las y los senadores de la Nación que rechacen su designación en aras de garantizar nuestro derecho a un Poder Judicial transparente, creíble e independiente”, expresaron.

 

OTRA GRIETA

La candidatura de Ariel Lijo genera otra fractura dentro del Gobierno Nacional, nada más y nada menos que entre Javier Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarroel. Algo desdibujada por diferencias que se tornaron irreconciliables, la mandataria ya había anticipado que este abogado no era su elegido y, por una cuestión de “justicia”, prefería que el cargo lo disputara una mujer.

En agosto del año pasado, durante una cena  en el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, comentó: “Mi opinión sobre Lijo es pública: no estoy de acuerdo con su candidatura”.

La primera objeción que hizo a Lijo fue que está propuesto para reemplazar a una mujer. Pues, el juez federal está nominado para ocupar el lugar que dejó vacante Elena Highton de Nolasco, que renunció al tribunal en 2021.

La vicepresidenta aclaró que no hablaba desde el feminismo. “Por empezar, está reemplazando la banca de una mujer y hay mujeres brillantes dentro del ámbito del derecho, con lo cual me hubiera gustado que la candidata fuera una mujer; y lo digo desde quien no es feminista, sino que está pensando en una situación de simple justicia”, aseguró.

En segundo término, [Lijo] es un juez que ha lesionado mucho los vínculos a raíz de su candidatura. Ha partido mucho a la sociedad su candidatura, entre los que están a favor y en contra. Es un juez controversial que no contaría con los pergaminos necesarios para ser juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, explicó, de acuerdo al diario La Nación.

No creo que haya sido la mejor elección y simplemente ha sido una candidatura controversial. Todos hubiéramos querido tener un candidato, que nos enorgullezca, que va a poder desenvolver la más alta judicatura con la suficiente rectitud, honestidad y sabiduría posible; y no es este el caso”, sostuvo.

Tras destacar que un juez de la Corte debe ser “una de las garantías de seguridad jurídica, de confianza de un país y de control de constitucionalidad sobre los actos del Ejecutivo”, la vicepresidenta concluyó: “Por ende, creo que no ha sido la mejor elección”.

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