La manipulación, cocción y almacenamiento de los productos puede ser crucial a la hora de cuidar la salud.
El riesgo de contraer enfermedades a través de los alimentos incrementa con las altas temperaturas y la humedad. En la antesala del verano, Santiago del Estero ya tuvo sus máximas de 40 ºC y se esperan más días agobiantes en los próximos meses. Para evitar el desarrollo microbiano en los alimentos, es preciso extremar los cuidados al momento de manipular, cocinar y almacenarlos, a los fines de proteger nuestra salud.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT) explica cuáles son las medidas fundamentales a tener en cuenta para estos fines:
**Al hacer las compras, comenzar por los productos que no necesitan refrigeración y dejar para el final los perecederos como carnes, pescados, aves, lácteos y productos congelados.
**Confirmar que los productos congelados se conserven a la temperatura indicada en el envase y, de no ser así, lo ideal es comentar esta situación a quien esté a cargo del local. **Al solicitar el envío de la mercadería a domicilio, de ser posible llevar aquella que necesita refrigeración y, en caso contrario, asegurarse de que haya permanecido el menor tiempo posible a temperatura ambiente. Al recibirla, colocarla inmediatamente en el refrigerador o freezer.
**Usá agua potable, no sólo para lavarse las manos y los utensilios que a utilizar, sino también para preparar hielo, jugos o mamaderas.
**Lavar con frecuencia las manos y las superficies de la cocina. Las frutas y verduras deben lavarse cuidadosamente antes de ser consumidas, para evitar tanto la contaminación microbiana como la presencia de productos químicos.
**Cocinar completamente los alimentos antes de consumirlos (carnes y pollos no deben presentar un color rosado en su interior).
**Para manipular carnes y otros alimentos crudos usar utensilios diferentes, separando siempre los alimentos crudos de los cocidos y de los listos para consumir.
**Durante los días de calor, los alimentos listos para consumir no deben permanecer fuera de la heladera por más de una hora antes de comerlos, recalentarlos, refrigerarlos o congelarlos. Desechar sobrantes de comida que hayan permanecido sin refrigeración un tiempo mayor al mencionado.
**Evitar cortar la cadena de frío pues, en el verano, los alimentos son más susceptibles al desarrollo microbiano. En caso de ser transportados fuera del hogar (picnic, playa, etcétera) hacerlo solo en la cantidad que se va a consumir consumir y siempre en forma refrigerada (heladera) protegidos del sol. Si esto no es posible, elegir alimentos que soporten mejor las condiciones de temperatura ambiente (enlatados, frutas o desecados).
Para descongelar adecuadamente los alimentos, colocarlos dentro de la heladera o utilizar el horno microondas seguido de su cocción inmediata. En el caso de alimentos congelados en porciones chicas, éstos pueden cocinarse directamente sin descongelación previa. No los descongeles a temperatura ambiente.
**No consumir alimentos en puestos callejeros que no tengan provisión de agua potable, ni jugos, bebidas o helados de procedencia desconocida.
**No comprar huevos que tengan la cáscara sucia o rota y conservarlos refrigerados en su envase original, separados de otros alimentos listos para consumir. Lavarlos bien en el momento de cocinarlos. Evitar las comidas, salsas o postres preparados con huevos crudos.