22 de noviembre, 2024
Mujer

La familia es una de las áreas más importantes en nuestra vida, a nivel social y emocional. Existe el convencionalismo social, prácticamente a nivel mundial, de que el amor en la familia es y debe ser incondicional.

Por eso, para muchos la familia es uno de nuestros más importantes apoyos emocionales. Sin embargo, no es así en todos los casos. Para algunas personas, sus relaciones familiares son más bien una fuente de malestar que de bienestar.

Y es que a menudo, sobre todo en las mismas culturas en las que existe el convencionalismo social del amor incondicional familiar, los familiares caen en hacer chantaje emocional. ¿Qué podemos hacer ante esto? Pues en este artículo te explico qué es el chantaje emocional y cómo puedes combatirlo en las relaciones familiares.

 

¿Qué es el chantaje emocional?

El chantaje emocional es considerado un método de manipulación psicológica. La persona manipuladora busca conseguir lo que quiere, a través de comentarios y acciones que pretenden provocar emociones desagradables en la persona manipulada, principalmente culpa o miedo.

Algunas de estos métodos son las amenazas con el fin de atemorizar, la victimización del propio chantajista para provocar culpa, el silencio punitivo y la ausencia de muestras de cariño para provocar ambas emociones. Hay que tener en cuenta que, para que el chantaje emocional sea efectivo, tiene que existir previamente un vínculo emocional.

De esta manera, la persona chantajista emocionalmente controla a la otra persona al hacerle sentir culpable o atemorizarle para que cumpla sus expectativas y deseos, incluso llegando a aprovechar información íntima obtenida a través de la relación personal. Ni que decir tiene que el chantaje emocional es un comportamiento tóxico y dañino en las relaciones sociales.

Ninguna relación sana puede fundamentarse en el miedo o la culpa. Esta manipulación psicológica provoca un desequilibrio de poder en la relación, que supone el beneficio de una parte, a costa de perjudicar a la otra, causándole ansiedad, baja autoestima y dependencia emocional.

 

El chantaje emocional en las relaciones familiares

El chantaje emocional en las relaciones familiares es complicado de detectar y resolver, por dos motivos. El primero es porque en las familias ya hay una jerarquía de poder, es decir, uno de los miembros de la familia está por encima del otro en cuanto al poder de decisión y favores, como ocurre en las relaciones padres-hijos.

En este sentido, puede ser difícil detectar la manipulación, porque la propia concepción que tenemos de la familia nos lleva a permitir que nuestros padres (o familiares mayores que nosotros) se vean favorecidos por encima de nosotros. Aquí entra el segundo motivo, la concepción del amor incondicional en las familias: debemos quererles incondicionalmente, y damos por hecho que ellos nos tienen que querer “incondicionalmente”.

Sin embargo, estos supuestos no se cumplen siempre, como en el caso del chantaje emocional. Si, para que tus familiares te muestren cariño y no te atemoricen, tienes que ceder en todo lo que te pidan, tan incondicional el amor no es. Estas premisas hacen que nosotros mismos forcemos que se cumpla el convencionalismo social: como nuestra familia nos tiene que querer sí o sí, procuramos que lo haga cediendo a su chantaje.

Lo peor es que estos patrones muchas veces se “heredan” y se perpetúan en la familia, porque nosotros aprendemos a relacionarnos a partir de nuestras propias relaciones. En estos casos es incluso más nociva la manipulación, debido a la idea preconcebida de que no se pueden romper lazos familiares y a la dificultad para detectar el chantaje.

 

Claves para combatir el chantaje emocional

La clave para combatir el chantaje emocional en las relaciones familiares está en poner límites. Los límites de forma explícita son fundamentales para que cualquier relación social sea sana y estable, así que, en el caso de la familia, no lo van a ser menos. Poner límites nos permite sentirnos seguros y libres de actuar como queramos, mantener y mejorar nuestra autoestima, y protegen nuestras necesidades y expectativas.

En este sentido, una ausencia de límites puede llevar a todo lo contrario, incluyendo que nos hagan daño y nos manipulen dentro de la relación, a través, por ejemplo, del chantaje emocional. Por eso a continuación te dejo una serie de pasos que puedes dar para poner límites y combatir el chantaje emocional en las relaciones familiares.

 

  • Piensa qué necesitas

Para poner límites en nuestras relaciones familiares, primero necesitamos pararnos a pensar qué queremos obtener de este familiar y qué objetivo tienes cuando vayas a hablar con esta persona. Puede ser cariño, apoyo, diversión, respeto, privacidad… O cosas más concretas que dependan de la situación. Ten claro lo que necesitas de cada persona, y podrás poner límites más firmes. Puedes apuntarlo por escrito si eso te ayuda.

Como no todos los familiares te tratarán igual ni son de la misma manera, tendrás que preguntarte qué límites quieres poner en cada caso individualmente. ¿Y cómo podrás saber cuándo tienes que poner un límite? Si te sientes mal con algún familiar, seguramente habrá transgredido algún límite que te gustaría poner. Cuando esto pase, analiza por qué te sientes mal y pon el límite acorde a ello.

 

  • Pon límites

La mejor manera de poner límites es usando la asertividad. Este estilo de comunicación te permite expresar y defender tus necesidades, opiniones y deseos de manera directa, y sin herir a nadie. Puedes seguir algunas de estas pautas para poder practicar la asertividad:

  • Validar la visión y las emociones de la otra persona antes de dar tu punto de vista.
  • Empezar las frases con estructuras como “yo pienso que…”, “me siento…”, “me gustaría que…” o “necesito que…”, para evitar dar la impresión de que tu visión de los hechos es la verdad absoluta.
  • No generalices, evitando palabras como “siempre” o “nunca”.
  • Critica el comportamiento de la otra persona, no a la persona en sí. Si juzgas a la persona, solo estás generalizando de otra manera y pudiéndole hacer mucho daño por valorar una situación específica.
  • Decirle explícitamente qué quieres conseguir con la conversación, una solución y tus motivos.
  • Usa la técnica del sándwich: decir una cosa buena, una mala y otra buena.

Ten en cuenta también que si un familiar te está haciendo chantaje emocional es porque quiere conseguir algo. Esa forma de manipulación es su manera de poner límites (una muy mala manera). Por eso, ten en cuenta también qué es lo que quiere conseguir la otra persona.

Puedes hablar de forma explícita con él o ella que esas no son las mejores formas, y que podéis llegar a un acuerdo sin necesidad de esa manipulación. Sin embargo, recuerda que ser asertivo, por desgracia, no te asegura conseguir lo que deseas 100%, sobre todo si la otra persona no está dispuesta a tener una comunicación sana en la relación.

 

  • Derriba las creencias

Es muy probable que si un familiar te hace chantaje emocional hoy te lo haya hecho también el resto de tu vida. Estar expuesto a un chantaje emocional constante supone haber crecido con la creencia de que, si nos salimos de los deseos de la otra persona, estamos haciendo algo mal. Puede hacer que tendamos a sentir culpa o miedo en la mayoría de relaciones con facilidad, porque es lo que hemos aprendido y aceptado.

En este caso, vas a tener que hacer un trabajo consciente de analizar qué piensas cuando sientes miedo o culpa en una relación, e ir evaluando si esta creencia es cierta y si se ajusta a la realidad. Vas a descubrir que hasta ahora has estado dando muchas cosas por hecho, cuando no tienes por qué sentirte responsable de no cumplir algunas expectativas y deseos de otras personas.

 

  • Mantente firme

Generalmente, poner límites donde antes no lo había suele generar una mala respuesta en otras personas. Ten en cuenta que cuando intentes poner uno, tu familiar intentará hacerte más chantaje emocional, atacar de maneras que sabe que te duelen y que puedes ceder. A pesar del sufrimiento emocional que te pueda provocar, mantente firme, no cedas a su manipulación, y ten en mente qué quieres conseguir tú.

Lo vas a pasar mal, porque vas sentir miedo y culpa cuando defiendas tus necesidades y combatas el chantaje emocional. Soportar estas emociones desagradables no deberían ser suficiente motivo para que no puedas cuidarte a ti mismo/a dentro de la relación familiar.

Cuantos más límites pongas más te acostumbrarás a esas emociones, porque verás que no pasa nada malo y que no eres una mala persona por luchar por lo que quieres. De esta manera, cada vez te será más fácil combatir el chantaje emocional en las relaciones familiares y podrás llegar a tener un vínculo sano y estable.

 

(Fuente: Psicoideando, por la psicóloga Lucía Gómez)

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