Luego de que el fiscal Marcelo Domínguez pidiera prisión preventiva para los siete detenidos por el crimen de Fernando Pérez Algaba, Maximiliano Pilepich (imputado) responsabilizó a su amigo Nahuel Vargas de haber sido el autor material del asesinato y reconoció que dicha acto se llevó a cabo en el predio ‘Renacer’, de General Rodríguez.

En su primera declaración que brinda por el caso ante el fiscal Domínguez, Pilepich aseguró que el pasado 18 de julio, cuando se hallaban en una de las oficinas de ‘Renacer’, observó a Vargas «desencajado con una pistola en la mano» y que le dijo «este hijo de puta no daba para más», en referencia a Pérez Algaba, a quien vio muerto tirado en el piso.

Justamente, en su indagatoria del pasado 18 de agosto, Vargas había acusado de manera directa a Pilepich de haber asesinado por la espalda a la víctima y que, tras el crimen, el homicida le había dicho «ya está, no aguantaba más, hay límites», acerca de una deuda económica del empresario fallecido.

Este lunes por la mañana, Pilepich fue trasladado desde la cárcel de Melchor Romero ante el fiscal Domínguez para ser indagado, en la que aseguró que «no tenía ninguna deuda económica con Pérez Algaba» y que el crimen lo cometió Vargas por celos, ya que la víctima le dijo que mantenía relaciones sexuales con una expareja suya.

«Fernando estaba cambiando unas lamparitas y (Vargas) le pegó dos o tres tiros, no sé dónde se los pegó. Dijo que se le había nublado la vista y le disparó», aseguró el empresario de la construcción.

Respecto al arma utilizada en el crimen, Pilepich (asesorado por su abogado Enrique Tronceda), confesó que esa pistola calibre 9 milímetros estaba en poder de Pérez Algaba y que Vargas se la arrebató de la cintura mientras cambiaba las lamparitas de una de las oficinas del predio.

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