Cuando nos guardamos la tristeza o el enojo, y no digerimos emociones intensas, el cuerpo grita. Qué es el colapso emocional y cómo evitarlo.
El colapso emocional llega cuando sentimos que el mundo se nos cae encima. Nos quedamos sin fuerza, no podemos más. Y el cuerpo grita, a su modo, como puede, como le sale. Implotamos. Todo eso que teníamos guardado se expresa, sale, se vuelve síntoma o nos deprime, nos apaga. Literalmente, colapsamos.
Es que nos han enseñado que no está bien llorar, ni que nos vean mal. Por eso procuramos presentarnos ante los otros, enteros, felices, fuertes, aunque por dentro estemos a punto de estallar, y nos sintamos vulnerables, débiles, emocionados… Tratamos de esconder lo que sentimos, reprimirlo, vivir como si no me sintiera como me siento, negándome a mí misma.
Pero llega el día en el que no podemos más. Nos sentimos agotados, sin ganas... O con ganas de dejarlo todo... De tirar todo por el aire. Es ahí cuando nos desbordamos y las emociones se desatan. Se descontrolan, afloran sin permiso y el malestar avanza. A veces, el cuerpo responde físicamente, dolorido, con enfermedad. Grita. El colapso emocional se vuelve síntoma. Nos habita.
Colapso emocional: qué es y cómo nos afecta
Así describe la psicóloga Dolores Rizo, de Asturias, España, el proceso que llama "Catarsis Emocional". Y explica que se trata de un colapso, una explosión, un proceso donde se rompe el equilibrio precario que nos permitía nuestro esforzado autocontrol emocional.
Una metáfora muy visual lo resume bien: llega un momento en que el recipiente se llena y lo que está adentro se desborda. Ya no podemos sostener la fortaleza que mostrábamos y que nos exigíamos. De pronto, todo nos supera y empezamos a sentirnos pequeños, vencidos, dañados, iracundos, incomprendidos.
Para evitar el colapso emocional, es indispensable perder el miedo a sufrir, a sentirse vulnerable ante los demás, ya que el mayor dolor es el que no se expresa.
"Si uno va para atrás y analiza el proceso, observando cómo llegó a la explosión emocional, se da cuenta que la crisis no surgió de la nada. Puede detectar que pasó mucho tiempo aguantando, evitando expresar sentimientos más profundos, muchas veces inconscientes", explica Rizo.
Y la especialista profundiza que "podríamos decir que si los negaba y no les permitía salir es porque, en realidad, no los aceptaba, no podía integrarlos".
Explosión catártica
La explosión catártica es necesaria para la “salud emocional”, asegura Rizo. Con negación emocional no hay bienestar, no hay alivio, no hay proceso. Permitirse los sentimientos, atenderlos, aceptarlos, es fundamental para sentirse bien y prevenir el colapso, la crisis, la depresión.
"Es necesario encontrar vías sanas de expresión de las emociones, no dañinas para la propia persona ni para los demás", propone la licenciada Rizo. Encontrar espacios, vínculos, donde sacarlas, expresarlas, gritarlas, contarlas, llorarlas…"Toda represión es negativa, ya que hace crecer las emociones en nuestro interior con más intensidad y dolor".
La solución está, según la especialista, en poner en palabras, en asumir las emociones que nos habitan. "Toda expresión emocional controlada, regulada, es terapéutica, liberadora. Aceptar las emociones, hablar de ellas, es un eslabón clave de la inteligencia emocional", destaca.
Crisis emocional: causas y síntomas
La palabra “crisis” proviene del vocablo griego krisis (decisión) y krino (separar). Es decir que, en sí misma, conlleva ruptura, pero, al mismo tiempo, esperanza y oportunidad. Por eso podemos pensar que toda crisis alude a un peligro por el sufrimiento que provoca la pérdida de algo o alguien que queremos, pero también representa una oportunidad, vinculada a cómo significamos esa crisis y desarrollamos recursos para atravesarla y superarla.
Crisis emocional: qué es y qué la genera
Hay una palabra que condensa objetivamente el significado de la palabra crisis: desequilibrio. Es la inestabilidad propia de un momento de transición entre un antes y un después. Supone una amenaza de pérdida, una adaptación, angustia, cambios anímicos y, también, una apelación a la capacidad interna de avanzar o retroceder.
La crisis emocional siempre obliga a tomar una decisión. Toda crisis tiene la misma sucesión: conflicto, desorden y adaptación (o desadaptación, según sea el caso).
¿Qué origina un colapso emocional? El generador de la crisis no es el conflicto en sí sino la respuesta del sujeto ante esa situación. Es decir, el problema no es el problema sino la respuesta expresada ante el suceso.
Por eso es totalmente natural y comprensible que, ante un mismo acontecimiento, alguien cree una crisis y otro no. Está en uno mismo desarrollar las capacidades para superar una crisis emocional. Es una decisión, una responsabilidad, que seguramente te sacará de allí hacia mejores lugares.