21 de noviembre, 2024
Colaboración

COLABORACIÓN Por Carlos María Borges – CPI. MP. N°.54

El Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU) ha impactado fuertemente y para bien en el mercado inmobiliario y en especial a lo referente a locaciones de vivienda pues después de las leyes 27.551 del 2020 y 27.551 del 2023 se encontraba muy desalentado y con un mínimo de inmuebles para renta a lo largo y ancho del País.

La libertad en lo concerniente a plazos y tipo de actualización permitió volcar nuevamente al sistema miles de propiedades que esperaban un cambio y se volvieran del mercado temporario al que se volcaron. A pesar que los valores locativos a raíz de la tan alta inflación del último bimestre del 2023 y el primero del 2024 hicieron que los precios se acomodaran y de alguna manera alcanzaran una renta interesante al propietario (alrededor del 3,5/4% anual), hoy nos encontramos con un mercado en el cual el locatario puede elegir lugar, superficie y precio tanto en viviendas económicas como unidades premium en el microcentro, algo inimaginable solo pocos meses atrás.

Si bien los valores de los alquileres varían según donde se necesite y la superficie que se requiera, podemos citar que los departamentos de un dormitorio en microcentro edificios premian rondan entre los 160 y los $190.000 y un 20% menos en edificios del macrocentro y con menos amientes; dúplex o departamentos de dos dormitorios rondan entre los 220 y $250.000 continuando con la misma idea que antecede.

En general lo que también se amplió y se continúa expandiendo luego de la pandemia han sido los fraccionamientos y construcción de viviendas en Barrios privados los que generalmente se ubican en zona sur de nuestra capital y el departamento los cuales tienen una excelente acogida en los clientes Santiagueños.

Garantizando el Estado la seguridad jurídica, reglas claras y durables y una reducida inflación (hoy del 8% mensual) con el acompañamiento de la oposición, no dudo que estaremos en las puertas de una Argentina diferente, abierta al mundo para las inversiones y creciendo en las exportaciones que, en definitiva es lo que da vida a la economía de nuestro país.

La tranquilidad del dólar (a mi entender un poco retraído) con las altas tasas de interés logran que las entidades bancarias dispongan de dinero suficiente para que los Bancos lancen “créditos para la compra de unidades habitacionales”, algo inimaginable décadas atrás. Si bien son con la tasa UVA, la cual no dejo un buen recuerdo para miles de argentinos por el impacto en ella de la tremenda escalada inflacionaria, concuerdo que tanto desarrolladores y empresarios inmobiliarios tienen la fe que en esta oportunidad con baja inflación sumando seguridad jurídica y una actualización del salario (imprescindible) pueden ser un factor preponderante para que se pueda solucionar el déficit habitacional,  el cual ronda alrededor de 4.000.000 de viviendas. Tampoco el Estado debe estar fuera de esta mesa ya que es un espacio importantísimo en la construcción de viviendas sociales y en consecuencia dinamizar aún más la economía de nuestro país.

Si los representantes del Pueblo y de las Provincias dejaran de lado los intereses personales y privilegios mal ganados podríamos, con el esfuerzo y sacrificio de todas las clases sociales (en especial de los que más tienen), logar una Argentina fuerte y pujante, como lo fue la de principio de siglo.

 

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