28 de septiembre, 2024
Nota de Portada

Aunque era considerado el rey de las fugas, René “Manudo” Guzmán, jefe de una organización narco trasnacional, fue detenido en Santiago del Estero. Sin embargo, seguía operando desde la cárcel. La historia del líder del cartel Acambuco que derivó en nuevos allanamientos y la desarticulación de la banda.

En ese lugar, los efectivos de Gendarmería Nacional instalaron un puesto de control. Para aquellos que desconocen la zona, podría parecer una locura ese punto de vigilancia en ese sitio, pues nada extraño pareciera ocurrir en el lugar. Sin embargo, es un lugar estratégico, no solo por la toponimia del lugar sino también porque es el paso que utilizan muchos delincuentes, que buscan ocultar los cargamentos en los montes espesos y casi impenetrables, no solo por vía terrestre, sino también aquellos que son lanzados desde avionetas y luego recogidos en tierra.

Conociendo esta situación, los gendarmes están preparados para detectar cualquier situación que consideran anómala o que puede llamar su atención. Es por ello que el viernes 7 de abril de 2023, efectivos del Escuadrón 59 “Santiago del Estero”, procedieron a controlar una motocicleta sobre la Ruta Provincial N° 2, cerca del límite interprovincial. Al controlar el rodado, en el que se trasladaban dos hombres, los uniformados encontraron entre sus pertenencias un handy y un teléfono satelital.

Al comprobar la existencia de esos aparatos de comunicación que llevaban los motociclistas, y teniendo en cuenta el uso que podría tener en manos de narcos, de inmediato, los gendarmes se dieron cuenta que estaban frente a un posible hecho delictivo, pues se encontraban en un lugar inhóspito y con escasa cobertura de señal telefónica. Por lo tanto, resultaba más que factible que los hombres esperaban comunicarse con alguien más, que arribaría en otro tipo de transporte. Es así que coordinaron con otras unidades la realización de un operativo cerrojo

ENFRENTAMIENTO ARMADO

Los efectivos de Gendarmería no se equivocaron, ya que minutos después de coordinar el procedimiento apareció en el lugar, desde un camino vecinal, un vehículo con varios ocupantes, quienes detuvieron la marcha ante su presencia.

De modo tal que esas personas, al percatarse que los uniformados estaban en el lugar, desde las ventanas del rodado esgrimieron armas de fuego y comenzaron a disparar. A la vez, el conductor del vehículo realizó una riesgosa maniobra intentando retroceder y volver al camino.

Ante la balacera recibida, los gendarmes respondieron con sus propias armas. En el enfrentamiento, los gendarmes dispararon a los neumáticos del rodado. De este modo evitaron que se dieran a la fuga.
Sin embargo, los ocupantes del rodado intentaron correr hacia el monte, procurando encontrar un refugio seguro. El rápido accionar de la fuerza de seguridad logró reducir a quienes intentaban huir a pie, entre ellos a un hombre que fue herido en el hombro izquierdo.

ARMAS Y TELÉFONOS  SATELITALES

A la hora de registrar el rodado y a las personas que comenzaron la balacera, los efectivos encontraron, drogas, armas y otros elementos indicativos de su accionar delictivo, como los siguientes:

Un “ladrillo” de cocaína, de 1 kilo.
Una carabina M4, perteneciente a la familia de fusiles de asalto automáticos con partes del armazón agregados calibre 5.56.
Chalecos antibalas.
70 municiones del mismo calibre.
Una pistola 9 mm, con accesorio de mira láser y un cargador prolongado.
Tres handys.
Dos teléfonos satelitales
Cinco celulares

PELIGROSO DELINCUENTE

Mientras el herido era trasladado hacia un centro asistencial de la zona, los efectivos se encontraron con una sorpresa. No era un delincuente común, sino una persona con pedido de captura internacional y, además, considerado líder de un importante cártel de narcotráfico. 

Ante ello, se le hicieron las primeras curaciones en el lugar y luego que un profesional médico determinara que su vida no corría peligro, se decidió su traslado hacia el hospital regional “Ramón Carrillo”, en la capital santiagueña, en medio de un fuerte operativo de control.

De la misma manera, siguiendo los dictados de juez federal Sebastián Argibay, los efectivos de la fuerza nacional diseñaron un amplio operativo de seguridad en el nosocomio, para evitar la huida del narco, o que pudiera recibir cualquier tipo de ayuda externa. Es más, el control fue tan estricto que afectó a todas las calles que rodean al nosocomio. Tal es así que las medidas fueron criticadas por quienes necesitaban transitar por la zona, sobre todo llegar al Servicio de Guardia, con ingreso por calle Lamadrid, ya que el paso fue restringido mientras el delincuente estaba alojado en el lugar.

Una semana después, en horario nocturno, el hombre fue trasladado desde el hospital hacia la Unidad Federal N°35 de Colonia Pinto, en medio de un fuerte operativo de seguridad, que incluyó varias docenas de efectivos de Gendarmería Nacional, con la colaboración de la policía provincial.

MANUDO

Pero, quién era el peligroso delincuente que los efectivos custodiaban con tanto esmero. Se trataba de René “Manudo” Guzmán, un hombre de 34 años, nacido en Tartagal, Salta. Además, en la oportunidad fueron detenidos fueron Mario Aníbal Saldaño (32 años) y Nelson René Garzón (38 años), cuñado de Manudo, todos ellos originarios de Tartagal, Salta.

Distintos informes de las diferentes fuerzas de seguridad señalaban que Guzmán y su gente operaban en el Valle de Acambuco, la reserva natural protegida, ubicada a 50 kilómetros de la ciudad de la que era oriundo. 
La organización que dirigía tendría una estructura que se encuadraría en la categoría de “cártel”, en el norte salteño, con ramificaciones en Bolivia. Es por ello que se autodenominaba como el jefe del “cártel del Valle de Acambuco”. 

Según se pudo conocer, los primeros pasos de Manudo dentro del mundo narco fueron como pirata y luego se convirtió en sicario. A partir de ahí, su trabajo habría sido tan importante que comenzó a escalar posiciones dentro de la organización.

Por sus conocimientos de los movimientos internos de las bandas y su inteligencia, se atrevió a armar “su propia estructura”, la que contaría no solo con la logística necesaria, sino también con el financiamiento suficiente como para ser elevada a la categoría de “cártel”.

Así fue que los investigadores determinaron que “Manudo” tenía pedido de captura internacional determinado por la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR). Además, estaba vinculado con cinco secuestros de droga, sobre todo, se relacionaba con el secuestro de 400 kilos de cocaína de máxima pureza, ocurrido en noviembre de 2022, identificados con sellos de coronas y delfines, o sea la marca de calidad extrema de las sustancias prohibidas.

FUGAS

En mayo de 2011, Manudo, quien en ese momento tenía 21 años, ya contaba con un amplio prontuario policial. Es más, había protagonizado una espectacular fuga en las inmediaciones del río Caraparí, unos 15 kilómetros al norte de Aguaray. Se trata de una localidad del departamento General José de San Martín, inmediata a la frontera con Bolivia, en la provincia de Salta, en el extremo norte del país, en la denominada Región del Bermejo, ubicada a 380 km al norte de la capital norteña y a 34 km de Tartagal, sobre la ruta 34.

El hombre había sido conducido hasta allí por efectivos de la Brigada de Investigaciones de Tartagal, para que les indicara dónde había guardado parte del arsenal que usó para cometer un asalto a una playa de camiones de Santa Victoria Este, donde se había llevado como rehén al chofer del camión, junto a otros tres cómplices, que continúan detenidos. En ese momento, también era sospechoso de haber participado en, al menos, otros cuatro hechos delictivos graves. 

Así fue que, aprovechando un descuido de los policías, golpeó a sus custodios y aprovechó su conocimiento del monte para fugarse. Tras una semana de rastrillajes por Aguaray, Acambuco, Macueta y la zona limítrofe con Bolivia, brigadistas lo localizaron en el barrio 9 de Julio, en Aguaray. Estuvo alojado en una vivienda durante dos días, oculto y a resguardo de los investigadores.

Al respecto, el titular de la Dirección de Investigaciones de la policía salteña, supo contar a “El Tribuno” que “se trata de una persona que aparenta ser tranquila, pero es totalmente diferente. Tiene rápidos reflejos que casi le permiten volver a escapar. Afortunadamente, los efectivos habían rodeado la vivienda para capturarlo”. A la vez, indicó que “durante el operativo, Guzmán se encontraba en el patio de la casa, cuando escuchó ruidos extraños. Entonces reaccionó y de un brinco pasó sobre una cerca de madera hacia un domicilio contiguo, donde lo estaban esperando los brigadistas”.

Por otra parte, señaló que, desde que se fugó, el hombre “había recorrido toda la zona boscosa. Pero algunos lugareños colaboraron con la investigación y así pudimos seguirle los pasos y dar con el lugar donde se encontraba”.

Pero no fue su única fuga, sino que en el período en que era sicario de otros narcos, Manudo fue cercado por las fuerzas de seguridad, pero logró escapar en medio de una huida casi cinematográfica, pues su vehículo cayó en un canal y aun así pudo escapar.

JUICIO CONTRA SU BANDA

En octubre de 2021, el Tribunal Oral Federal N°2 de Salta, integrado por los jueces Domingo Batule, Santiago Díaz y Marcel Juárez Almaraz, condenó a 9 personas por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes.

En el alegato fiscal, se estableció que los acusados tuvieron intervención en cinco hechos de transporte de estupefacientes por un total de 177 kilos de clorhidrato de cocaína de altísima pureza. Las operaciones de tráfico se hicieron a través de envíos de encomiendas y traslado en vehículos.

En su exposición, la auxiliar fiscal explicó que las actuaciones se iniciaron a raíz de una solicitud efectuada por la Fiscalía Federal N°2 de Salta, la que requirió extraer copias de una causa previa a fin de avanzar con la pesquisa de forma independiente respecto de René “Manudo” Guzmán, quien seguía en calidad de prófugo.

Tal decisión se basó en la sospecha firme de que él lideraba una estructura criminal, cuyo objetivo consistía en la obtención de droga desde la zona de frontera para su posterior traslado y comercialización en distintas provincias del sur del país.

“LA REINA DE LA FRONTERA”

Respecto al primer caso, y gracias a escuchas telefónicas, sostuvo que René Guzmán junto con “La Tía” Mansilla, llevaban adelante el envío de estupefacientes de Salta a Córdoba en encomiendas. En el paquete se encontró poco más de 13 kilos de cocaína. En un segundo hecho, registrado el 16 de mayo de 2018, Guzmán recibió dos mensajes del teléfono de su pareja, Noelia Catari, en los que se informaba el número de guía de otra encomienda que había sido despachada desde Salta a Río Negro el 10 de mayo. 

El paquete fue interceptado en Rosario, Santa Fe, por personal del Escuadrón Rosario Victoria de Gendarmería Nacional, y una vez abierto por orden del Juzgado Federal N°4 de Rosario, se secuestraron 5 kilos de cocaína.
Además, durante el debate se ventiló su sociedad con una mujer apodada “La Reina de la Frontera”, oriunda de Pocitos y detenida en 2018, en Córdoba.

OTRO JUICIO

En 2020 se realizó un juicio oral contra los miembros de la banda en la que se puso de manifiesto los nexos en Córdoba y Rosario. En las escuchas, se pudo determinar que hablaban en código. “Me fue mal, algunas yeguas se despistaron” o “no llegaron los patrones”, eran frases utilizadas para despistar a los investigadores detrás de las encomiendas de cocaína. En el caso intervino el juez federal de Salta, Dr. Julio Bavio, según un informe publicado por Infobae.

LA CAÍDA DE MANUDO

Volviendo a lo que sucedió en Cruz Bajada, en territorio santiagueño, más precisamente la caída del delincuente, un informe de Infobae consignaba que “la bala que impactó en el hombro de René ‘Manudo’ Guzmán lo dejó fuera de combate. Tirado en el barro y con la sangre corriendo por su cuerpo, cerró los ojos y se dejó auxiliar por uno de los gendarmes que, momentos antes, había tratado de matar con su poderoso fusil de asalto: una carabina M4 que quedó fuera de su alcance. Se había preparado para el enfrentamiento. Llevaba sus guantes tácticos y le había pedido a sus guardaespaldas que lo acompañaran”.

A la vez, se explicaba que el narco “habría logrado su cometido al enfrentarse con la fuerza de seguridad que salió a cruzarlo, que el cargamento de cocaína siga su camino, probablemente a Rosario o Córdoba, en un vehículo que no pudieron seguir los uniformados.

Según diversas fuentes ligadas a la investigación, Manudo y otros narcos estaban en el lugar haciendo el apoyo armado del cargamento, que se cree puede ser de cientos de kilos. Es por ello que contaban con armas sofisticadas, como las pistolas con miras láser y un rifle de asalto o ametralladora de rearme, con gran poder de fuego.

Si bien el cargamento no fue encontrado en el lugar, no es posible descartar su existencia. De otra manera no se entendería la presencia del jefe narco en el lugar. Cabe señalar que la zona está compuesta de miles de hectáreas destinadas a la agricultura y ganadería, con pocos habitantes y decenas de caminos internos y rutas provinciales que unen la amplia geografía de la zona.

LA CONEXIÓN

A la vez, se supo que la cocaína podría haber llegado en forma aérea, en los llamados “narcoaviones” que sobrevuelan las regiones rurales de la provincia, pese a la presencia de radares y el control de las fuerzas de seguridad.

La banda de Manudo se movería a través de caminos rurales, desde las localidades de Macapillo, Porvenir, Santa Rosa, El Vencido, Alto Alegre, Sauce Bajada, San Miguel, en Salta. 
Si bien Manudo fue encontrado en Cruz Bajada, en el límite entre Salta y Santiago del Estero, en una zona conocida como “Gran Chaco”, se presume que la droga está en ese lugar, aunque su destino final sería otro. Se estima que, en esta zona, terminaría el trabajo del cártel de Manudo y tomaría la posta otra banda, que trasladaría la droga hacia zonas más calientes, como el puerto de Rosario e incluso Buenos Aires.
Es más, los cargamentos secuestrados en oportunidades interiores, que serían parte del botín del Cártel del Valle de Acambuco, cuenta con los sellos de máxima pureza –coronas y delfines- los que luego son llevados directamente al mercado europeo.

ESPOSA E HIJO

Luego de haber sido trasladado al Penal de Colonia Pinto, Guzmán fue trasladado nuevamente al hospital Regional, para ser intervenido quirúrgicamente para extraerle los restos del plomo que habían quedado en su cuerpo.
Durante la internación, en un pabellón especial, el juez Sebastián Argibay y el fiscal Pedro Simón se presentaron en el nosocomio a fin de tomarle declaración indagatoria.

Mientras tanto, la esposa de Manudo se instaló en una ciudad del departamento Robles, cercano a Colonia Pinto, a fin de mantener contactos con su pareja. Como ella estaba cursando los últimos días de un embarazo, recibió la visita de varios miembros de su familia, integrantes de la comunidad evangélica.  Finalmente, la criatura nació en la Maternidad del hospital Ramón Carrillo, el mismo lugar donde su marido se encontraba internado.
Luego de extraer los restos del plomo, los médicos le dieron el alta y regresó a la Unidad Carcelaria N° 35. Los profesionales de la salud recuerdan que durante el tiempo en que el delincuente estuvo alojado en el centro de salud, los controles de seguridad fueron demasiado estrictos e incluyeron fuertes medidas en todos los accesos al hospital. “Estaba blindado”, aseguraron. Su propósito era evitar que el rey de las fugas se escape del lugar.
Así fue que a su regreso a Colonia Pinto se convirtió en el preso más vigilado, por su peligrosidad y por el poder que ostentaba como jefe de un cártel.

PROCESADO, DIRECTO A EZEIZA 

En agosto del año pasado, el juez Argibay dictó el procesamiento, prisión preventiva y trabó embargo a los tres detenidos. Así fue que Guzmán fue procesado como autor material y penalmente responsable del transporte de estupefacientes, agravado por haber sido cometido por tres o más personas, en concurso real con el delito de atentado y resistencia a la autoridad agravado por haber sido cometido a mano armada y por la reunión de más de tres personas y con el delito de portación de arma de guerra.

Mientras que Mariano Aníbal Saldaño y Nelson René Garzón, fueron procesados “por resultar autores materiales y penalmente responsables” del transporte de estupefacientes, agravado por haber sido cometido por tres o más personas, en concurso real con el delito de atentado y resistencia a la autoridad agravado por haber sido cometido a mano armada y por la reunión de más de tres personas.

A la vez, el juez Argibay decidió que Manudo Guzmán fuera trasladado a una cárcel de máxima seguridad, el Penal de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires. Los defensores del delincuente apelaron la resolución del magistrado. Su principal argumento era que acababa de convertirse en papá y su traslado impediría el contacto con su hijo, lo que vulneraría los derechos de la criatura. Sin embargo, el planteo fue desestimado.
De modo tal que fue trasladado al penal bonaerense, donde recibió sanciones por su mal comportamiento, sobre todo por haberse encerrado en un baño con su esposa, a fin de tener relaciones íntimas, sin esperar las visitas para tal fin.

ZONA CALIENTE

Según el informe realizado por Infobae, se “trata de la nueva zona caliente del narcotráfico en la Argentina, un rincón del país habitada por agricultores y ganaderos que vivían en un ambiente sereno y pacífico, ahora quebrado por los narcos”.

Debido a que el cargamento de drogas que custodiaba Manudo no fue encontrado, se realizaron intensos rastrillajes en la zona, no solo por vía terrestre, lo cual resulta demasiado dificultoso por la montuosidad del lugar, sino también con la utilización de helicópteros. La búsqueda se extendió por las zonas aledañas de los parajes Cruz Bajada y Nueva Esperanza, sin registrarse novedades sobre el cargamento.

Una fuente cercana a la investigación indicó que no se descartaba que la banda de Manudo conozca exactamente el lugar donde se encuentra la carga, que contaría con elementos de rastreo y GPS con los que podrían encontrarla con exactitud. Por ello, estarían esperando que la zona se “enfríe”, o sea que la búsqueda finalice, para poder recuperarla.

NUEVOS ALLANAMIENTOS

La detención de Manudo Guzmán no fue el cierre de la causa, al contrario, fue el puntapié inicial para continuar con las investigaciones y lograr desarticular la banda. Tal es así el último fin de semana, en el marco de la lucha contra el narcotráfico que encabeza el Ministerio de Seguridad de la Nación, y como consecuencia de sus políticas referidas a la investigación e inteligencia criminal, la Gendarmería Nacional Argentina desarticuló una organización criminal internacional dedicada al narcotráfico y detuvo a nueve de sus miembros.

Con once allanamientos simultáneos en Salta, Santiago del Estero y en una Penitenciaria de Buenos Aires, Gendarmería culminó más de un año de investigaciones y procedimientos sobre la organización criminal, que operaba desde Bolivia hasta nuestro territorio nacional. El comunicado de Gendarmería indica como disparador de los hechos la detención Manudo Guzmán, tras un enfrentamiento armado. Lo caratuló como jefe de la banda criminal, un conocido narcotraficante salteño que se dedicaba a ingresar cocaína desde Bolivia, encargado de proveer la logística entre proveedores y pilotos de aeronaves para ingresar droga. De igual manera, con la pesquisa iniciada el año pasado, los gendarmes interceptaron el traslado de dos importantes cargamentos de cocaína, con destino al Mercado Central de Buenos Aires:

El primero, de 426 kilos de cocaína entre una carga de porotos en el Peaje General Lago sobre la Ruta Nacional N° 9.
El segundo cargamento tenía 56 kilos de cocaína, decomisados en un camión de bananas

METODOLOGÍA

A partir de estos hechos, y profundizando la investigación en curso, las fuerzas de seguridad pudieron establecer cómo se movían los involucrados, siempre de manera organizada y con roles específicos. Tal es así que coordinaban la logística, entre proveedores y distribuidores, del movimiento de importantes cargamentos de cocaína.

Asimismo, determinaron que zonas rurales ubicadas en la provincia de Salta y Santiago del Estero eran usadas para descargar el estupefaciente que llegaba en avionetas desde Bolivia. Los caminos secundarios a la vera de la Ruta Nacional Nº 34 servían para el ocultamiento en camiones que tenían como destino final a provincia de Buenos Aires.

Con pruebas y hechos suficientes reunidos por la investigación de la fuerza, el titular del Juzgado Federal N°3 de Rosario, Dr. Carlos Vera Barros, hizo lugar al pedido que realizaron la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) y la Oficina de Narcocriminalidad del Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Rosario. De modo tal que ordenó la inspección de siete domicilios en Salta, tres en Santiago del Estero y uno en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, en la celda donde está aislado René “Manudo” Guzmán, como preso de alto riesgo el cabecilla de la banda.

Para ello, integrantes del Escuadrón de Operaciones Antidrogas de Gendarmería avanzaron en una acción coordinada y simultánea con los once allanamientos ordenados por el Juzgado Federal N°3 de Rosario y la PROCUNAR DESDE LA CÁRCEL

Así fue que 11 allanamientos simultáneos en Salta, Santiago del Estero y en la cárcel de Ezeiza fueron la culminación de más de un año de investigaciones y procedimientos sobre la organización criminal trasnacional, que operaba desde Bolivia hasta nuestro territorio nacional.

Como resultado de los procedimientos detuvieron a nueve miembros, pero también se secuestraron diversos elementos como: armas de fuego (una escopeta, una pistola y municiones) celulares documentación de interés para la causa. De esta manera se pudo determinar que los integrantes de la organización desarrollaban sus maniobras por lo menos desde septiembre del 2022. Para ello, se valieron de campos ubicados en Santiago del Estero, donde el estupefaciente era descargado mediante el empleo de avionetas, así como también de la intervención de distintos conductores de camiones, quienes eran los encargados de trasladar dichas sustancias hasta algún sitio de la provincia de Buenos Aires donde era entregada a sus eventuales compradores.

Con respecto a ello, las tareas investigativas condujeron a la identificación de cada uno de los involucrados en la ejecución de los distintos pasos necesarios para el desarrollo de las actividades de tráfico ilícito de estupefacientes. 

Además, los representantes del Ministerio Público Fiscal pudieron establecer que la organización continuó operando bajo las órdenes de Manudo, aún luego de que fuera detenido. 
De este modo se pudo comprobar que René “Manudo” Guzmán no solo podía continuar con sus actividades delictivas detrás de las rejas, sino que era posible coordinar todas las tareas del cártel de Acambuco. O sea, nada detiene a los narcos, ni siquiera los muros de una cárcel de máxima seguridad. -
 

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