La organización Greenpeace advierte acerca de los desmontes ilegales que afectan a las provincias de la región.
A través de imágenes satelitales, la organización ambientalista Greenpeace registró un 15% más de territorio deforestado en el Norte argentino desde enero a junio últimos. Según contabilizaron, son 59.557 hectáreas, frente a las 51.600 que se reportaron en 2023, en el mismo periodo.
Una vez más, Chaco y Santiago del Estero son las provincias más afectadas y, de acuerdo al informe, la mayoría de los desmontes son ilegales. Es por esto que ratificó su reclamo de una penalización para quienes destruyan los montes.
Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace manifestó acerca de esta situación: “Nos preocupa mucho este aumento de la deforestación y que la mayoría sea ilegal”.
“En Chaco todos los desmontes se hicieron violando la suspensión que dictó la justicia provincial a fines de 2020. Para peor, recientemente se sancionó una flexibilización de su ley provincial”, sostuvo. Mientras que, en alusión a Santiago, planteó que “el gobierno autoriza desmontes para ganadería donde no está permitido”.
En ese sentido, consideró que “es evidente la complicidad entre gobiernos y empresarios agropecuarios para arrasar con nuestros bosques con total impunidad. Todo esto ya lo denunciamos ante la Corte Suprema”.
El relevamiento de la organización ecologista, realizado mediante la comparación de imágenes satelitales, estima que entre enero y junio de 2024 la deforestación dejó cifras alarmantes:
**En Chaco alcanzó las 27.148 hectáreas;
**en Santiago del Estero 21.047 hectáreas;
**en Formosa 7.162 hectáreas;
**en Salta 4.200 hectáreas
El total de estas hectáreas (59.557) es el equivalente a tres veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires.
Greenpeace, plantea que la principal causa de la pérdida de bosques es el avance de la frontera agropecuaria para ganadería y soja, que en gran medida se exportan a Asia y Europa, sobre todo en la región del Gran Chaco, el segundo ecosistema forestal más grande del continente.
“La deforestación provoca cambio climático, desaparición de especies, inundaciones, sequías, desertificación, enfermedades, desalojos de indígenas y campesinos, y pérdida de alimentos, medicinas y maderas. Estamos ante una evidente emergencia climática y de biodiversidad que debería llevar a que los gobiernos actuaran en consecuencia, prohibiendo los desmontes, en lugar de promoverlos”, afirmó Giardini. Y finalizó: “Por otra parte, el sistema de multas no es suficiente contra la ilegalidad, por lo que la penalización se hace necesaria”.
A mediados de julio se cumplieron cinco años del amparo que la organización ecologista presentó ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación contra las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Formosa, Salta y el Estado Nacional, por permitir la destrucción del hábitat del yaguareté y violar lo establecido por la Ley Nacional de Bosques Nativos. En noviembre del año pasado el máximo tribunal declaró su competencia en la causa.
LEY DE BOSQUES
Ante esta situación y atenta a las pretensiones del Gobierno Nacional, la ONG reclama al Congreso de la Nación que no se modifique la Ley de Bosques para flexibilizar sus restricciones a la deforestación y, por el contrario, se avance en su penalización.
“El consenso científico viene alertando sobre la emergencia climática y de biodiversidad en que nos encontramos. Las modificaciones a la Ley de Bosques propuestas en la Ley Ómnibus provocarán un aumento descontrolado de los desmontes. Es un retroceso inadmisible considerando que Argentina firmó un compromiso de Deforestación Cero para el año 2030. La Ley de Bosques es una herramienta clave para proteger nuestros bosques, que debemos fortalecer penalizando su incumplimiento”, sostuvo Giardini.
El pedido fue con las evidencias en publicadas. Pues, las imágenes satelitales, reportaron que la deforestación durante 2023 en la provincia de Chaco fue de 57.343 hectáreas, en Santiago del Estero 42.871 hectáreas, en Formosa 17.409 hectáreas y en Salta 8.526 hectáreas. El total fue de 126.149 hectáreas y superó a la del 2022, cuando se registraron 118.805 hectáreas deforestadas.
El informe también destaca que desde el año 2014 se mantiene cierta tendencia anual de disminución de los desmontes cercana al 40%, comparado con la década anterior a la sanción de la Ley de Bosques.
Las organizaciones ecologistas, sociales e indígenas lanzaron una petición para salvar las leyes ambientales, como la de bosques y la de glaciares, de las modificaciones que se proponían en la Ley Ómnibus. A través de la página web salvalasleyesambientales.org se sumaron más de 40.000 personas.
EMERGENCIA FORESTAL
Argentina se encuentra en emergencia forestal. Gracias a la Ley de Bosques, el 80% de los bosques nativos del país están clasificados por leyes provinciales como zonas donde no se puede desmontar. De modificarse la normativa y permitir autorizar desmontes en zonas prohibidas, cerca de 50 millones de hectáreas de bosques nativos estarán en riesgo.
PROBLEMA MUNDIAL
El estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) identifica la agricultura comercial como una de las principales causas de deforestación y se encuentra detrás de esta pérdida de bosques alrededor del mundo, con áreas boscosas despejadas con el fin de crear espacio para el ganado y los cultivos.
Según las regiones, en América Latina destaca la ganadería y la agricultura a gran escala, principalmente de soja para mantener las cifras del ganado en la industria alimentaria; en Asia, las plantaciones para pulpa de papel y palma; y en África, la principal responsable de la deforestación es la agricultura de subsistencia.
Otro estudio publicado en 2020 denunciaba que la deforestación del amazonas alcanzó niveles históricos debido al consumo de carne. La causa principal de este aumento de la explotación de los bosques se encuentra en el incremento del consumo de carne a nivel mundial, que conlleva una expansión de la ganadería extensiva, con el consecuente aumento de cultivo de soja y pastos para la ganadería.
“Una gran proporción de las importaciones de soja de la UE provienen del Cerrado brasileño, que alberga el 5% de la biodiversidad mundial, y donde la tierra se ha transformado rápidamente para la producción de ganado y soja, lo que ha provocado la pérdida de un tercio, un 32,8 por ciento, de su superficie de bosque entre 2004 y 2017", explicaban desde WWF. “La deforestación desenfrenada en los trópicos y subtrópicos puede parecer un mundo lejano, pero la creciente demanda europea de productos como soja, carne de ganado, cacao y aceite de palma está echando "leña al fuego".